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Tecnología al servicio de los sentidos

Oler con los ojos

Un ingeniero valenciano comercializa un dispositivo que emite aromas en proyecciones de cine o museos - Olorama cuenta con un catálogo de más de 100 fragancias

Oler con los ojos

¿Cómo sería ver la película de animación Ratatouille con el aroma de los platos ideados por la rata Rémy? Sin duda, una experiencia más sensorial o, al menos, más sabrosa.

Esto ya es posible con el dispositivo Olorama, ideado por el ingeniero valenciano Raúl Porcar. Se trata de un dispositivo de pequeñas dimensiones „24 centímetros de altura y parecido a un altavoz„ que emite olores en proyecciones audiovisuales de cines o en casa, museos, hoteles o eventos.

Como explica Porcar, se trata del primer dispositivo de estas características en todo el mundo. Aunque el intento de añadir olores al cine viene de antiguo. En 1916, antes de que El cantor de jazz (1927) dejara mudo al público con su sonido, un cine de Pennsylvania instaló una bola de algodón hidrófilo impregnado de aceite de rosas de cara a un ventilador mientras se reproducía un reportaje basado en la competición deportiva Rose Bowl. Hubo muchos intentos posteriores para introducir los olores en filmes. Otro de ellos fue desarrollado por un cine de Detroit que lanzaba algunos aromas en puntos concretos de las películas The Sea Hawk y Boom Town, explican desde Olorama. Años después, volvió a intentarse emitiendo aromas a través del aire acondicionado durante la proyección de la cinta Behind the Great Wall. «El problema era que la difusión de aromas de forma masiva podía llegar a ser desagradable para el público». Más tarde, recuerdan, se desarrolló un sistema denominado Scentovision, que emitía olores en una película. Fue creado por Hans Laube y tan solo llegó a utilizarse en una ocasión por completo con la película Scent of Mystery, con el fin de conseguir intensificar la experiencia de los espectadores. Durante la proyección de esta película de género negro se lanzó el aroma del cigarro o de la pipa de los intérpretes.

El método desarrollado por Laube, utilizaba unos tubos individuales situados debajo de los asientos de los espectadores, dirigidos por una persona que los iba controlando con un teclado. Fue presentado en la Feria Internacional de Nueva York en 1939, su proyecto despertó mucho interés aunque no dio los frutos esperados. Ahora, Porcar ha aprendido de los errores del pasado y promete una nueva y definitiva experiencia olorosa en la gran pantalla.

Como explica Porcar, la idea surgió viendo el programa El hormiguero, de Antena 3. En uno de los experimentos de ciencia del espacio, su presentador, Pablo Motos, destacó el fuerte olor que desprendía determinado producto. A Porcar se le encendió entonces la bombilla y surgió Olorama.

Pero, ¿cómo emite Olorama las fragancias? Los aromas provienen de unos aerosoles de aceites esenciales que se disparan en determinadas escenas del audiovisual. El dispositivo se conecta vía WiFi con los reproductores DVD, Blue-Ray, o de las salas de cine o museos. Una señal indica al dispositivo qué olor debe expender en función de la escena.

Según señala su creador, ya cuentan con un catálogo de películas compatibles con el dispositivo, entre las que se encuentran títulos como Ratatouille, Chocolat, Charlie y la fábrica de chocolate, Avatar, Maléfica o El Hobbit. Cada una cuenta con un número de olores en función de su temática y escenas.

En cuanto al número de olores que incorpora su invento, tiene más de 100: humo, tierra mojada, hierba recién cortada, limón, queso, chocolate, pan, cerveza o jabón de Marsella...

Olorama, aunque se patentó en 2013, está en periodo de expansión y ya cuenta con ocho clientes en todo el mundo, entre ellos el Centro de Artesanía de Valencia con el que trabajan mediante un audiovisual sobre gremios como apicultores, queseros o heladeros.

Pero su dispositivo también ha «cruzado el charco» y ya está presente en dos proyectos de EE UU, entre los que se encuentra uno del gigante tecnológico IBM.

La intención de Porcar es expandir su negocio y llegar a los hogares de cualquier parte del mundo. El Olorama básico, con 24 aromas, cuesta unos 3.500 euros.

Esencia de sangre y cementerio para una cinta de terror

Olorama cuenta con más de 100 fragancias disponibles: hierba, jabón, chocolate, madera, cerveza... Pero no todo son fragancias agradables. Raúl Porcar explica que actualmente están trabajando en la película de terror «El hombre del saco». Para este proyecto, señala, están desarrollando olores más intensos como a sangre, a una habitación cerrada, carne en mal estado, humo... Solo se salva el olor a claveles; eso sí, para ambientar la escena en un cementerio.

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