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No queda ningún hombre en "La Ponderosa". Ha muerto Pernell Roberts, Adam, el último de Bonanza, una del Oeste que, desde 1963, marcó los primeros años de TVE. En EE UU sus audiencias de 1964 a 1967 contradecían el incontestable declive del western.

Bonanza se inició en 1959 y murió, 421 episodios después, de un trombo embolismo pulmonar, el que tuvo el gigantón Dan Blocker (Hoss), tras una operación de vesícula. Fue la primera serie de una hora que se rodó en color pero en España tuvimos que esperar hasta hace 20 años, cuando la repuso Antena 3, para comprobar su cromatismo... y su muermo.

Después de su magnífica presentación con sintonía vaquerísima, Bonanza contaba la vida en el rancho "La Ponderosa", con una casa coquetona, donde vivía el sabio Ben Cartwright con sus tres hijos, Adam, Hoss y Joe, que eran medio hermanos. Ben había enviudado tres veces, siempre por la fortuna propia del Oeste salvaje. Los Cartwright, una anómala familia sin mujeres y con cocinero chino, fueron interpretados por cuatro tipos singulares.

Pernell Roberts dejó Bonanza a los seis años, harto de llamar "Pa" a Lorne Greene. Para contentar sus inquietudes, los guionistas le pusieron a recoger firmas para un albergue que recogiera negros cerca de "La Ponderosa" y hubo tantas cartas de protesta que Roberts se convenció de que aquel no era su sitio. Se fue a cantar country, alguna vez junto a Joan Báez, a sentarse al lado de Martin Luther King, a interpretar a Reth Butler en un musical de Lo que el viento se llevó, a narrar documentales y a anunciar analgésicos. Murió hace una semana a los 81 años.

Su salida de la serie fue camuflada con una boda. O mujeres o "La Ponderosa". Los restantes actores se hicieron millonarios a razón de 10.000 dólares de entonces por episodio. La Bonanza que Roberts consideraba violenta y sexista tampoco contentaba a Lorne Greene (Otawa, 1915-California, 1987). "Papá Bonanza", con larga experiencia en la radio merced a su magnífica voz, que leyó los partes de entrada del país en la Segunda Guerra Mundial, bramó en un rodaje: "¿Es que estos jodidos guionistas no pueden hacer avanzar la jodida historia sin que alguien saque una jodida pistola?". Cerrada Bonanza, Greene fue voz de documentales, el primer amo del mandinga Kunta Kinte en Raíces y tuvo su último momento de gloria calzando botas espaciales en Battlestar Galactica, serie y película, hoy de culto. Lo mató un cáncer de próstata. (Cotilleo: era suegro de Sam Reimi).

Dan Blocker, el preferido de los críos, había sido actor de rodeos, gorila de bar y soldado en Corea. Entró en TV por el ala Oeste: de La ley del revólver a Cheyene, Caravana y Bonanza. Su muerte a los 44 años en una operación rutinaria acabó con Bonanza, que terminó la temporada como pudo.

El que más creció fue Michael Landon, cuya carrera empezó de licántropo adolescente y terminó de ángel madurito, siempre con una dieta de alcohol mítica en el dipsómano Hollywood.

De la vida narrada por Laura Ingalls y de las penurias de aquella familia sufrida y meapilas que, al revés de los Cartwright, eran casi todo mujeres, supimos en España a lo largo de toda la transición. Le dio a Landon Emmys y Globos de oro. La dejó en la decadencia y aguantó poco a su partida. Regresó en Autopista hacia el cielo con un ángel metomentodo llamado Jonathan Smith. Por poco tiempo. Los años de alcohol le provocaron un cáncer de páncreas inoperable que lo mató a los 54 años.