Después del asteroide que exterminó a los dinosaurios, los mamíferos que sobrevivieron se hicieron grandes antes de volverse inteligentes. Su masa corporal y su fuerza muscular los ayudaron, pero sus cerebros se redujeron y tardaron 10 millones de años en crecer. El tamaño fue más importante que la inteligencia para sobrevivir.

El asteroide que exterminó a los dinosaurios hace unos 66 millones de años dejó a su paso criaturas en su mayoría más pequeñas, desde comedores de insectos parecidos a roedores hasta herbívoros del tamaño de un castor. Con el tiempo, estos animales se hicieron más grandes, y algunos incluso se convirtieron en gigantes.

Los científicos han pensado durante mucho tiempo que sus cerebros se desarrollaron en esta expansión, y que se hicieron gradualmente más grandes que el resto del cuerpo.

Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que el cerebro fue lo último en crecer, posiblemente porque sus cuerpos necesitaban dimensiones físicas más grandes, en vez de cerebros voluminosos, para sobrevivir.

Lo que ha constatado la nueva investigación es que los mamíferos aumentaron el tamaño de su cuerpo inmediatamente después de la extinción de los dinosaurios, pero que sus cerebros solo comenzaron a crecer unos 10 millones de años después, señala la revista Science.

Estrategia evolutiva

Ornella Bertrand, paleoneuróloga de la Universidad de Edimburgo, una de las autoras de esta investigación, cree que los cerebros grandes solo evolucionaron cuando los mamíferos los necesitaron.

Al principio, dice, solo trataban de crecer lo más posible porque había muchos más recursos disponibles, y además nadie estaba tratando de comérselos. Pero una vez que estos mamíferos más grandes dominaron de nuevo la Tierra, comenzaron a volverse más inteligentes, porque la competencia por la comida se volvió más difícil y resultaba complicado sobrevivir, añade Bertrand.

Sin embargo, también se piensa que no fue solo la competencia lo que provocó cerebros más grandes en los mamíferos, sino más bien una combinación de abundante comida y ausencia de dinosaurios depredadores.

Al ser los cerebros increíblemente caros en términos de energía, una vez que algunos mamíferos crecieron, podrían comer más y tendrían más energía para hacer cerebros más grandes. Si la competencia por sí sola desencadenara el aumento del cerebro, los mamíferos más pequeños habrían desaparecido, plantea también Science.

El autor principal, el profesor Steve Brusatte, citado por Reuter, considera al respecto que "los mamíferos que sustituyeron a los dinosaurios eran bastante tontos, y solo millones de años después muchos tipos de mamíferos desarrollaron cerebros más grandes mientras competían entre sí para formar nuevos ecosistemas.”

Análisis exhaustivo

Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron fósiles de mamíferos de más de 120 especies extintas, incluidas docenas de cráneos fósiles recién descubiertos del Paleoceno (hace 66 a 56 millones de años) y el Eoceno (hace 56 a 34 millones de años).

El equipo escaneó los cráneos con rayos X y realizó con ellos tomografías computarizadas (TC), que les permitieron estimar el tamaño de los cerebros de los animales y las dimensiones de las áreas del cerebro que procesan las impresiones sensoriales, como el olfato o la visión.

Las investigaciones revelaron que, en los mamíferos de la época, las regiones cerebrales responsables de la visión representaban una proporción relativamente pequeña de la masa cerebral.

Esto solo cambió en la era posterior del Eoceno, destaca la revista alemana Spektrum, cuando aparecieron especies de mamíferos en las que el tamaño relativo del cerebro aumentó nuevamente.

En estas especies, las regiones cerebrales que procesan las impresiones sensoriales visuales son importantes para el control del movimiento y realizan funciones integradoras. Sin embargo, las áreas del cerebro involucradas en el sentido del olfato perdieron importancia.

Revisión de estudios

Lo más sorprendente de esta investigación es que cuestiona anteriores estudios, según los cuales los mamíferos con cerebros más grandes son mejores para resolver problemas cognitivos desafiantes y son más flexibles en su comportamiento.

En la nueva investigación se ha puesto de manifiesto que esas habilidades no fueron necesarias durante millones de años después de que los dinosaurios desaparecieran casi completamente.

En consecuencia, prevaleció la idea de que era más importante ser grande y fuerte en lugar de inteligente. "Los cerebros grandes probablemente habrían sido una desventaja para los primeros mamíferos del Cenozoico en general", concluye Bertrand, citada por Spektrum.

Lo que pasó a continuación es que los mamíferos con un mejor rendimiento sensorial y habilidades motoras expandidas se posicionaron mejor para evolucionar en otras direcciones, lo que creó una presión de selección hacia el crecimiento del cerebro.

Los depredadores y los omnívoros en particular aumentaron en tamaño relativo del cerebro y, en este sentido, superaron a los herbívoros de la época. Según un estudio publicado en 2019, entre los animales, el carnívoro representa al 63% de las especies, mientras que el 32% son herbívoros. Y solo el 3% de los animales son omnívoros.

Referencia

Brawn before brains in placental mammals after the end-Cretaceous extinction. Ornella C. Bertrand et al. SCIENCE, 31 Mar 2022,• Vol 376, Issue 6588, pp. 80-85. DOI:10.1126/science.abl5584