Un nuevo interfaz cerebro-ordenador permite a personas sin experiencia crear arte abstracto con sus pensamientos y ayuda a las personas con trastorno por déficit de atención a mejorar su capacidad de concentración y a disminuir su dependencia de los medicamentos.

El ingeniero Marvin Andujar, de la Universidad del Sur de Florida, ha desarrollado un prototipo de interfaz cerebro-ordenador (Brain–Computer Interface o BCI) que permite a los usuarios crear arte abstracto usando solo sus pensamientos.

Los BCI son dispositivos que leen señales eléctricas del cerebro para facilitar la interacción con objetos externos, como una prótesis o un dron.

Con el método de pintura cerebral de este BCI, los participantes usan un dispositivo revestido con sensores y eligen entre una selección limitada de colores, formas o controles, enfocándose en uno cada vez. Una luz parpadeante permite al usuario saber cuándo se reconoce su selección.

Esta retroalimentación provoca un pico de estímulo en el lóbulo parietal (la parte del cerebro responsable de la percepción e integración sensorial) que es detectada por los sensores. Estos picos luego se clasifican mediante un algoritmo y se guardan en el disco duro del proyecto como un perfil de usuario. Luego se utilizan en el momento creativo.

Mejorando la atención

La función central de la tecnología está destinada a ayudar a las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a mejorar su capacidad de concentración y a disminuir su dependencia de los medicamentos.

La tecnología permite que personas sin experiencia en pintura creen arte y podría ayudar a crear una nueva comunidad de artistas. Los usuarios se sientan frente a una ordenador usando un "sombrero" de electroencefalograma, concentrándose en un objeto o color.

El programa de aprendizaje automático del BCI traduce las señales cerebrales en una acción específica, generando "arte" en un "lienzo" blanco situado en la pantalla del ordenador.

El nuevo BCI permite a las personas con TDAH utilizar la pintura cerebral como una herramienta para entrenar su atención. Los usuarios también reciben las capacidades propias del arte para levantar el estado de ánimo.

Realidad virtual y metaverso

El BCI dispone asimismo de una versión de realidad virtual (VR). En esta versión, los participantes pueden sumergirse por completo en el entorno mientras pintan.

Andujar dice que utilizar los auriculares VR mientras se usa el BCI permite a las personas sumergirse en sus pinturas, creando un estado casi meditativo. También les permite ignorar sus teléfonos móviles, a los que Andujar culpa de reducir la concentración incluso en aquellos que no han sido diagnosticados con TDAH.

Andujar espera expandir el lienzo virtual también a una experiencia similar a un metaverso: imagina a los usuarios sentados o de pie dentro de su obra de arte, con varios colores y objetos que aparecen a medida que giran la cabeza.

¡Funciona!

Si bien el equipo de investigación aún está analizando los datos y se necesitan más pruebas a largo plazo, los participantes en un estudio piloto de dos años, recientemente completado, han mostrado mejoras en su concentración por el uso de esta tecnología. Se ha observado una mejora en los participantes que usaban la tecnología dos o tres días a la semana durante un mes.

El objetivo final es disminuir la dependencia de Adderall, el tratamiento más común para el TDAH. Se trata de un medicamento conocido, especialmente entre estudiantes universitarios, que lo usan por considerarlo una "droga inteligente" (supuestamente potencia el estudio), a pesar de sus efectos secundarios demoledores cuando se consume sin control médico.

“En este momento, no estamos tratando de reemplazar los medicamentos”, declaró Andújar a la revista Catalyst. “Estamos tratando de usar esta herramienta más como un complemento, lo que indica que, si una persona con déficit de atención pasa 30 minutos haciendo esto todos los días, es posible que no necesite tomar tantos medicamentos en el futuro”.