En nuestro sistema solar podría haber hasta 4 quintillones de objetos tecnológicos extraterrestres. La mayoría serían muy pequeños para ser detectados, pero otros podrían ser como el misterioso Oumuamua, según astrónomos de Harvard.

Los astrónomos de la Universidad de Harvard, Avi Loeb y Carzon Ezell, han calculado en un documentado estudio que puede haber hasta 4 quintillones de objetos interestelares de origen tecnológico rebotando por nuestro sistema solar.

No es una cantidad baladí, ya que un quintillón representa un millón de cuatrillones, lo que significa que se expresa matemáticamente con un 1 seguido de treinta ceros.

Cada uno de esos objetos sería un visitante de otra estrella, posiblemente creado artificialmente, aseguran en su estudio.

Para confirmar que realmente están ahí, solo faltaría detectarlos, al igual que pasó en su día con Oumuamua, señalan ambos astrónomos.

¿Origen extraterrestre?

Descubierto en 2017, Oumuamua es un extraño cuerpo celeste que mide unos 400 metros de largo. Pasó cerca del Sol a una velocidad de 315.400 kilómetros por hora y fue visto por última vez por el Hubble a principios de 2018.

Su nombre significa en hawaiano "mensajero de lejos que llega primero" y su naturaleza y procedencia ha sido origen de debate entre los científicos, que lo han considerado tanto un cometa como el primer asteroide extrasolar.

Realmente seguimos sin saber qué era Oumuamua, por lo que la mayoría de los científicos no especulan sobre su naturaleza.

Sin embargo, Avi Loeb ha planteado la posibilidad de que, debido a su forma, a cómo refleja la luz solar y realiza sus movimientos, Oumuamua sea un artefacto de inteligencia extraterrestre, tal como señaló en un estudio publicado en 2018 en Astrophysical Journal Letters que causó un revuelo mundial.

Modelo astronómico

En el nuevo estudio, Loeb va más lejos y propone un modelo para calcular la cantidad de objetos interestelares, naturales o artificiales, que podrían estar en nuestro entorno y resulten de interés en función de su velocidad y densidad.

Ha aplicado el modelo a hipotéticos cohetes propulsados químicamente por civilizaciones extraterrestres y, finalmente, a tres objetos interestelares descubiertos con anterioridad.

Se trata de Oumuamua, de origen desconocido, y de los primeros meteoros interestelares CNEOS 2014-01-08 (que golpeó la Tierra en 2014) y CNEOS 2017-03-09 (ambos descubiertos por el equipo de Loeb), así como del cometa interestelar Borisov, descubierto en 2018 y tan misterioso como Oumuamua.

De esta forma, Loeb y Ezell han podido estimar cuántos objetos interestelares habría en el sistema solar y proponen que se busquen para poder hacer un estudio más detallado sobre su naturaleza.

Precisiones importantes

Aunque un quintillón o pentalón de objetos alienígenas puedan parecer muchos, hay que tener en cuenta que tampoco significarían gran cosa paras las colosales dimensiones de nuestro sistema solar.

De todas formas, Loeb no concluye que haya quintillones de naves extraterrestres acercándose a nuestro entorno, de la misma forma que tampoco aseguró la naturaleza extraterrestre de Oumuamua. En ambos casos solo plantea que debemos considerar esa posibilidad.

Teniendo como referencia los cuatro visitantes interestelares que hemos identificado en ocho años, Loeb y Ezell calcularon cuánto podemos observar del universo desde nuestra galaxia y dedujeron cuántos Oumuamua podrían estar en la oscuridad, procedentes de otro sistema solar.

Dos conclusiones

Pudieron extraer dos conclusiones: que los objetos interestelares que pasan por nuestro sistema solar y que no podríamos verlos con nuestros telescopios actuales, podrían ser 40 decillones (40 seguido de 33 ceros).

Sin embargo, cuando ambos hablan de 4 quintillones, se refieren solo a los objetos de ese total que podrían estar acercándose a nuestro Sol y que por este motivo podrían en algún momento ser captados por nuestros telescopios.

Según Loeb y Ezell, esa cantidad de objetos también tienen más posibilidades de ser naves extraterrestres porque, supuestamente, están dirigiéndose hacia nosotros con un propósito.

Consideran que la mayoría de esos objetos ni siquiera tendrán el tamaño de Oumuamua: puede que haya un millón de objetos pequeños por cada uno que tenga sus dimensiones, lo que hace muy difícil su localización.

Referencia

The Inferred Abundance of Interstellar Objects of Technological Origin. Carson Ezell, Abraham Loeb. arXiv:2209.11262v1 [physics.pop-ph].