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Entrevista

«Mis personajes tienen un pie en el más allá»

La actriz catalana Carmen Conesa protagoniza este fin de semana en Sagunt a Escena «La casa de los espíritus» de Isabel Allende, bajo la dirección de la valenciana Carme Portaceli. La obra narra la historia reciente de Chile a través de varias generaciones de mujeres de una familia. Conesa interpreta a la abuela de la escritora, Clara del Valle, un personaje icónico de la literatura hispanoamericana.

Carmen Conesa en 'La casa de los espíritus'.

Ha cambiado la melena negra por la melena rubia para encarnar a Clara del Valle, la icónica protagonista de La casa de los espíritus, novela de Isabel Allende que este fin de semana tomará las tablas del Teatro Romano de Sagunt. Carme Conesa interpreta a esta mística matriarca chilena bajo la dirección de la valenciana Carme Portaceli. La actriz catalana ha aceptado el reto de buen grado, dejando atrás su etapa encarnando a otra matriarca, Morticia en «Los Addams». Según ella, tanto Morticia como Clara están ancladas en el puente que une el mundo de los vivos y el de los muertos. «Son personajes con luces diferentes pero con un único sentido de la vida, que es el de estar en ese puente», asegura. La pieza que se representará en el festival Sagunt a Escena ha sido supervisada por la propia Allende. La producción se podrá ver sábado y domingo en el certamen escénico de Sagunt.

Protagonizas una obra singular. ¿Qué relación tenías con la novela?

La leí muy joven y me marcó mucho, como lo hizo Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Me encantó. Pero ahora me doy cuenta que tenía muchas cosas olvidadas. No tenía claros los detalles. Cuando Carme Portaceli me ofreció hacer el papel de Clara del Valle no me lo podía creer. Antes de leer la obra de teatro decidí leerme el libro para conocer a fondo el personaje.

¿Cómo trabajaste un rol tan icónico?

Interpretar a Clara del Valle es un regalo para cualquier actriz. Es un personaje clave de la literatura hispanoamericana. Lo enfoqué desde la humildad. Añadí, como es lógico, sugerencias de la directora y de Isabel Allende. Lo he intentado hacer desde el respeto, ya que represento a la abuela real de la escritora. Ella la describe no solo con lo que ella recuerda de Clara, porque la autora tenía unos 7 años cuando falleció su abuela, sino con el contenido de los diarios que escribió. En ellos hay bastantes datos de la personalidad de Clara y se ha tratado hacer un retrato fiel a esa realidad.

Clara es un personaje místico, casi una deidad, que ayuda en los momentos en los que más se la necesita.

La espiritualidad que ella representa, esa filosofía de vivir, es bastante eterna. No pasa el tiempo para este tipo de personajes. Pasa lo mismo con la obra y por un motivo evidente. La historia siempre se repite, es por eso que esta historia, que transcurre en la segunda mitad del siglo XX, no caduca en el siglo XXI. Repetimos esquemas, errores y virtudes. Toda nuestra realidad es cíclica.

Jordi Collet y Gabriela Flores. j.u.

Esta es una obra matriarcal. De hecho, el personaje masculino va siendo moldeado por las mujeres a las que intenta someter.

Es un buen reflejo de la realidad en muchas familias. Muchos hombres piensan que los que llevan los pantalones son ellos, pero en realidad, son ellas las que dirigen. Madres, tías, hijas son las capitanas del barco en esta obra. Le hacen creer a él que el hombre es quien manda pero ellas dominan en la sombra. Creo que ha sido así siempre en gran parte de las especies. Ahí tienes a las leonas, que son quienes cazan. Ahora y siempre es necesario que se den cuenta de ello. El matriarcado manda en la mayor parte de las tribus.

¿Necesitamos nuestra propia ‘Casa de los espíritus’ para entender la historia de España?

(Ríe) Bueno, quizás sí, aunque la ‘casa’ de Isabel Allende nos puede servir también en España. La historia del señor feudal, las revueltas y la dictadura también nos puede servir a nosotros. De hecho, el latifundismo, que marca la primera parte de la novela de Allende, todavía está presente en regiones como Extremadura o Andalucía. Los movimientos políticos de Chile también nos resultan familiares.

¿Qué etapas relataría nuestra ‘Casa de los espíritus’?

La belle epoque, es decir, los años de la Segunda República; la Guerra Civil y la posguerra; y el tardofranquismo, cuando nosotros quisimos olvidar todo lo sucedido.

¿Cómo ha sido trabajar con la valenciana Carmen Portaceli?

Es una directora que vive las escenas, que las transmite. Las vive tanto en su propio cuerpo que te las hace entender.

Francesc Garrido como Esteban. j.u.

Portaceli ha confesado en una entrevista que el equipo del montaje suele emocionarse con cada función.

Sí, es muy emocionante hacerla. Cada día es diferente.

Has pasado de interpretar a Morticia en «Los Addams» a interpretar a Clara del Valle. ¿Te apetecía este cambio de registro?

He pasado de la melena negra a la melena rubia (ríe). Es un cambio radical. En el fondo, las dos tienen que ver con el mundo del más allá. Las dos están en una especie de puente que une el mundo de los muertos y el de los vivos. Es maravilloso. Son personajes con luces diferentes pero con un único sentido de la vida, que es estar en ese puente. Cada una de ellas tienen un pie en el más allá.

La obra estará en la carretera todo el verano...

Sí, aunque tendremos más funciones a partir de septiembre. Estaremos en San Javier, Mallorca, Sevilla, Bilbao, Málaga…

¿Qué proyectos vienen después de ‘La casa de los espíritus’?

Estaré en uno de los nuevos capítulos de «Los misterios de Laura» de La 1. También participaré en uno de los proyectos de la Fundación Juan March, en un «Melodrama». Se trata de representar una pieza con música. El género se encuentra entre el teatro y la ópera. Por otro lado, formaré parte del jurado de cortometrajes del Festival de Cine Solidario de Guadalajara (Fescigu).

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