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Contracrónica

Este Valencia ya infunde mucho respeto

Al equipo de Nuno le sobró el último minuto demostrando que puede competir contra los mejores - Gran planteamiento del técnico luso

Cuando Luis Enrique dijo en público que el Valencia CF había dado un salto de nivel no lo hizo para quedar bien con sus amigos valencianistas, realmente lo creía. Y de ahí su planteamiento. Le tenía pánico a que André Gomes y Parejo se pusieran a pensar con espacios, ya que si a su visión de juego le unen las excelentes dotes técnicas que tienen, se crea una pócima mágica. Ajeno a las críticas que pudieran llegarle, «Lucho» colocó a Mascherano al lado de Busquets, con Xavi liberado para crear. No deja de ser sintomático, con este movimiento de piezas, que al conjunto de Nuno se le respeta en esta liga.

Contagiados por la ilusión que transmite la afición desde la grada, dispuesta a dejarse el aliento por apoyar, el Valencia CF le regaló el balón al Barça mientras jugara con él en su campo. Cuando veían cruzar la divisoria salían, como perros de presa, Parejo y André por el centro, o Rodrigo y Feghouli desde las bandas, a morder. Notaban su aliento, les sentían encima y eso les impedía maniobrar. Para ser grandes hay que defender a muerte y esa era el primer objetivo, con las líneas bien juntas y buscando una concentración máxima para evitar desajustes. En el único fallo del primer acto se agrandó como un superhéroe de cómic Diego Alves para repeler el endiablado disparo a bocajarro de Luis Suárez. Ese descuido, en lugar de crearles inseguridad, les sirvió para ser conscientes de que sin un partido perfecto sería una misión inalcanzable competirle al poderoso Barça.

Es más, hay futbolistas con el carácter suficiente para sacar las uñas si es necesario. No hizo falta trasladarse al hemisferio sur para saber cómo son los duelos Argentina-Brasil. Cuando Otamendi revolucionó su motor para rebañar el esférico dentro del área mientras Neymar ya pensaba con qué baile celebrar el gol, el central le dirigió la mirada. No le agradó a Nico que simulara penalti, y Neymar hizo el gesto con la cabeza para golpearle y se montó una tangana que acabó con tarjetas para todos menos los dos protagonistas. Luego Neymar quiso provocar a Javi Fuego, que con la mirada le cerró la boa. Esos piques son sinónimos de gran rivalidad, como la que quiere recuperar este Valencia CF con el Barça. Por cierto, hasta ese momento no hubo noticias de Messi.

Quien pueda pensar que el partido se planteó exclusivamente a jugársela a la cara defensiva se equivocó. Cada vez que el balón le llegaba a las botas a André Gomes los aficionados de Mestalla alucinaban. Le da sentido y muchos kilates a las acciones que ejecuta con cualquiera de sus dos piernas. El rival no sabe por dónde va a aparecer, si optará por la izquierda o la derecha. Otro argumento más para que el Barça apostara por Busquets y Mascherano en el centro. Tenía todo el sentido del mundo para Luis Enrique. Y André tuvo el gol en la última acción del primer tiempo tras burlar a Bravo. ¡Lástima! Rápidamente Rodrigo, que le había dado el pase, y Negredo se acercaron a consolarle. Era un síntoma que elevaba la idea de «equipo», porque Nuno insistió en que para vencer al Barça había que serlo sí o sí, por encima de batallas individualidades.

Tras ese perdón nadie se imaginaba el final, más cuando Claudio Bravo se multiplicó para evitar el gol, pero en el último suspiro, cuando se daban por satisfechos con el empate... Busquets marcó.

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