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Opinión

Renovación sin Copa

El Espanyol fue mejor en el cómputo general de la eliminatoria y venció con justicia

La eliminatoria estaba muy igualada tras el resultado de la ida y la ventaja en el marcador no era definitiva. El Espanyol es un equipo siempre incómodo y difícil de batir, sobre todo en su feudo. Su entrenador lo tuvo claro y buscó un partido igualado y para apretar en los últimos minutos y con un gol sentenciar la eliminatoria. Su idea era mantener la portería a cero y para ello usó a los mismos jugadores que en la ida, sabiendo que en el banquillo quedaban futbolistas capaces de desnivelar el marcador cuando el cansancio asomara en los jugadores del Valencia.

El Valencia salió con una disposición de 1-3-5-2 con un talante un tanto más conservador con la inclusión en el trivote medular de dos jugadores más defensivos y en las puntas, a un delantero nato, Alcácer, y a un jugador que flotara como De Paul. En los carriles Barragán por derecha y Gayà por izquierda. En la parcela central defensiva, Vezo como central derecho, Mustafi en el centro y Otamendi a la izquierda. En la portería el dubitativo Yoel. Esa posición de libre de los centrales que ocupaba Mustafi propició lo que a mi juicio fue decisivo en el partido y en la eliminatoria. Mustafi se entretuvo con el balón y lo perdió ante la presión de Sergio Garcia. El central le hizo una leve falta y el árbitro, al considerar que era el último jugador, lo expulsó. El partido se ponía muy feo para el Valencia.

Jugar con diez es tarea siempre complicada, pero también es irreal pensar que se puede aguantar todo un partido dedicándose solo a defender tu portería. El Espanyol tenía el control del partido y la paciencia de no desordenarse por ir a buscar la victoria locamente. Tenía el tiempo a su favor. Aún así fue el equipo que pudo adelantarse en el marcador por medio de Duarte, Stuani y Victor Alvarez. El Valencia tan sólo dio un par de sustitos con De Paul, que le lanzó un par de tiros flojos a las manos de Pau. Antes el Valencia había recompuesto el equipo al quedarse con diez y cambiar a Alcácer, al parecer con molestias, por Negredo pasando a jugar un 1-4-4-1. Lo de jugar por decir algo. El Valencia no daba dos pases seguidos y tan sólo se dedicaba a defender. La segunda parte comenzó con un Espanyol que ya buscaba con más ahínco la portería del Valencia. Pero el Valencia cerraba bien los espacios por el centro y los centros los defendía con comodidad. De buscar la portería de los periquitos nada de nada. Mediada la mitad de este segundo tiempo el Español iba a meter más potencial ofensivo y de creación con la salida al campo de Salva Sevilla y Caicedo. Nuno sacaba al campo a Orban y retiraba a De Paul pasando Gayá a jugar en la parte izquierda de la medular. El Valencia sólo buscaba el cero en su portería y el Español el gol de la eliminatoria. Y llegó el gol. Una falta sacada por Salva Sevilla fue rematada por Caicedo de cabeza ante la salida en falso de Yoel. Era el 1-0 y lo que había soñado el entrenador periquito en su preparación de partido. Era el gol que encarrilaba la eliminatoria. Salió Parejo y se intentó buscar el gol. Todo lo que antes no se había hecho. Y lo que vino fue el 2-0 para el Espanyol marcado de nuevo por Caicedo tras un centro de Lucas Vazquez. Era la puntilla y el adiós a la Copa en la que tantas esperanzas se tenían puestas. El Valencia debe bajar a la tierra tras permanecer en el cielo demasiado tiempo tras la victoria ante el Real Madrid. La Copa se fue. Queda la otra opción de esta temporada: la clasificación para Europa, la Champions. Otra cosa sería desperdiciar una temporada en la que la afición está con el equipo pero que ayer sufrió una decepción difícil de explicar. Hay que bajar de la nube ya.

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