Primero fue Toño, en Mestalla Lux. Dos encuentros diferentes que acabaron con empate, pero cuyo análisis debe ir más allá de aplaudir la actuación del portero rival; ayer con una buena intervención a disparo frontal de De Paul, la mano milagrosa en la misma línea de gol que le saca a Danilo o la valiente salida que invalidó el control de Paco Alcácer. Nadie se imaginaba estar hoy, tras las dos primeras jornadas, con sólo dos puntos. Alineación «rara» fue la sensación inicial, para todos menos para Nuno, convencido de que todo iba a salir bien, pero no. Urge una reacción. Porque el Atlético de Madrid, uno de los rivales directos, dejó mudo el Sánchez Pizjuán con un triunfo contundente. Y ante esa situación sólo vale ganar al Sporting.
Real Madrid
James eclipsa a todos
James Rodríguez fue suplente en El Molinón y el Real Madrid se quedó a cero. Rápidamente se abrió un debate sobre la apuesta de Rafa Benítez, que en el primer partido en el Bernabéu se sacó de la chistera dos auténticos golazos, trasladando el debate a ver cuál de los dos tenía más dificultades: si el primero, con un violento golpeo de falta directa, o el segundo, improvisando una chilena en el área pequeña. El otro protagonista fue el meta Keylor, al atajarle un penalti a Rubén con dedicatoria al cielo incluida, mientras hoy se cierra el plazo para fichar o no… a David De Gea y que le puede relegar a un cambio de equipo. Benítez no quiso asegurar al cien por cien su continuidad.
Real Sociedad
La jerarquía de Illarra
Dos partidos y dos empates a cero para la Real Sociedad y el Sporting. Tiene más mérito lo de los asturianos, que fueron capaces de anular a Jonathas, pero el partido dejó una gran actuación de Illarramendi. Físicamente aún lejos de encontrar su punto ideal, el «4» de la Real demostró su jerarquía en la línea medular, pero yendo más allá, hay otra realidad. Cuando un jugador es reclamado por un «grande» tras brillar en su casa no es fácil trasladar ese rol, mentalmente has de ser muy fuerte para no ser «devorado». En Anoeta Illarramendi aparecía entre los centrales, conducía, se ofrecía para continuar la transición ataque defensa… lo que nunca pudo demostrar en el Real Madrid.