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Off the record

Lunas tintadas

Lunas tintadas

Mestalla vuelve a sonreír. No a mandíbula batiente, que ya habrá tiempo, pero sí esbozando un gesto de tremendo desahogo viniendo de dónde veníamos. La primera parte que cuajó el equipo que dirige Nuno Espirito Santo el sábado está muy por encima del nivel medio del Valencia 15/16. Que ya es. Sin perdernos en excesivas disquisiciones relativas al estilo, aquí todos hubiéramos firmado un 3-0 contra el Málaga si nos preguntan en las dos semanas de parón que fueron dos vidas. Transcurridas ocho jornadas, el club blanquinegro se asoma tímidamente a zona europea. Hay tiempo y puntos para todo. En cualquier caso, la herida es demasiado profunda como para que tres goles ante uno de los candidatos a sufrir para quedarse en Primera apague el sonido de sables desatado en las últimas semanas. Y así va a ser toda la temporada, excepto que el asunto cambie a mejor de forma radical.

En realidad, así han sido todos los capítulos posteriores a las guerras civiles vividas en la Avenida de Suecia durante las últimas décadas. El personal, agitado, está a la que salta y la tranquilidad dura lo que duran las victorias, sobre todo si son abultadas. Ganar no sirve si hay que hacerlo pidiendo la hora.

En ocasiones, ni siquiera un 3-0 en una noche plácida como la de anteayer despista al entorno de lo verdaderamente importante. Doctores tiene la Iglesia pero, para servidor, que un delantero de 32 millones de euros se quede en la grada tras pegar un «raje» público al entrenador es lo suficientemente significativo como para plantearle al señor Espirito Santo alguna pregunta pública al respecto. También debió parecerle sustancial la cuestión al zorro Folgado. Suya fue una de las primeras interrogantes al técnico en sala de prensa minutos después de doblegar al Málaga. Nuno, que tiene más batallas que los 300 espartanos, se la esperaba. No sé si tan pronto, pero se la esperaba. Solo le faltó decir aquello de «me alegra que me haga esta pregunta». Consciente del revuelo creado tras su decisión del viernes, prescindiendo de Negredo en plena crisis de juego y resultados para un partido en el que estaba prohibido fallar, acudió al manual de los paños calientes para recordarnos que él fundamenta sus convocatorias en criterios exclusivamente técnicos. Creer o no en sus argumentos ya es una cuestión personal de cada uno de ustedes. Veremos cuál es la convocatoria Champions ante el Gent y, sobre todo, la alineación. A Nuno, indudablemente, le perjudica que el linier levantara la bandera antes del remate con el que Alcácer vacunó a Kameni el sábado. Si Paco llega a ver puerta tendría más razones para justificar una hipotética ausencia del «7».

Pero, como epílogo de su respuesta al respecto de la ausencia de Negredo, el entrenador del Valencia añadió una frase sobre la que sí hay bastante que escribir. Dijo Nuno que él no puede controlar el nivel de especulación que se genera en torno a situaciones como la que nos ocupa. Y yo digo/escribo que sí puede. Vaya que sí. Porque Espirito Santo, como ocurre en otros tantos clubes, se ha apuntado a la moda de comparecer en la previa de un partido antes de facilitar la convocatoria a los periodistas. De tal forma que, ante una limpia como la que el tiburón sufrió hace tres días, no hay opción a la pregunta para obtener explicaciones concretas. Al redactor en cuestión no le queda otra que esperar a que el futbolista, que se marcha de la Ciudad Deportiva o Mestalla fastidiado -valga el eufemismo- y quemando rueda, tenga la deferencia de desactivar el DRS, evite el atropello, baje la luna tintada y aclare, como hizo Negredo el viernes, que físicamente se encuentra al cien por cien y que para conocer las razones de su exclusión de la lista hay que preguntarle al entrenador. Pero, ¿cómo se le va a preguntar al entrenador si hace media hora que ha acabado su rueda de prensa?

Que desaparezcan las conjeturas es imposible. Pero, para atenuar ese nivel de especulaciones en el entorno hubiera sido más sencillo comparecer en sala de prensa después de facilitar la lista de convocados a los periodistas. El asunto, obviamente, hubiera eclipsado el turno de preguntas pero, qué quieren que les diga, para resaltar la importancia del apoyo de Mestalla, la peligrosidad de Duda a balón parado o el grado de afectación que podían suponer para Javi Gracia las ausencias de Recio o Tissone casi sirve cualquiera. Una explicación a tiempo -sobre todo si es convincente- anula buena parte de los debates. Y eso en el Valencia lo sabe más de uno. Solo falta que Nuno quiera escuchar, que esa es otra.

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