No da más de sí. El equipo sigue sin funcionar. Esa es la auténtica realidad de un Valencia que ayer volvió a hincar en tierra la rodilla en Anoeta. El término medio (aquel que suele recibir críticas desde los dos extremos) suele ser el más recomendable aunque sea el menos popular.
Y eso que había ganas de alegría y de sonreír después del empate ante el Madrid y la goleada ante el Granada, pero la realidad es la que cantaba Carlos Goñi. Aquello de «es lo que es, hay lo que hay. Por ahora no dan más».
La realidad es que es fácil detectar la mediocridad en un grupo que ayer dejó de hablar por primera vez del objetivo de la Champions en las declaraciones post-partido.
Me cansé de escribir „aún a fuerza de ser impopular„ que los futbolistas vivían muy cómodos parapetados tras la impopularidad que tan torpemente Nuno se había creado. Todo valía para derrocar al ogro portugués, pero el tiempo ha demostrado que aún siendo la raíz del problema no lo era en su totalidad.
Salvo Jaume y Cancelo no hay un sólo futbolista que esté rindiendo ni por asomo lo que se espera de ellos, y ahora Nuno ya no les sirve de coartada.
Este equipo no se sostiene y pensar que un entrenador novato pudiera cambiarlo de la noche a la mañana era un ejercicio de optimismo tan magno que está acabando por convertirse en un catálogo de frustraciones.
Y no seré yo quien diga que Neville es el culpable de esta situación (es el último en llegar) pero pese a la simpatía que creo que sentimos todos por el nuevo entrenador, la realidad es que salvo un par de triunfos en Copa, no hay nada positivo que llevarte a la boca.
En estos casos, además del entrenador, no estaría de más que hoy el director técnico pasara por Paterna y pegara algún «arre». Pero se da la circunstancia de que el Valencia CF está de director técnico igual que yo de pelo. Con eso creo que lo explico todo.
Pero no le peguen vueltas. Quienes tienen que arreglar esto porque son los que están naufragando son los futbolistas. Muchos se «perdieron» en el camino este verano. Otros se «perdieron» tras renovar sus contratos. Y entre unos y otros, se está perdiendo la temporada.
Lo de fiarlo todo a la Copa y a la Europa League es de un riesgo absoluto. Es la máxima del tipo que desesperado se juega sus últimos ahorros en el casino: quien juega por necesidad, pierde por obligación.
Le toca a los futbolistas parchear el agujero. Porque arreglar este reventón de la temporada, esto ya no lo arregla nadie.
Se acabó el parapeto de Nuno, y Gary Neville no gana. La palabra, para bien o para mal, la tienen ahora los futbolistas. Ellos verán...
