Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mercado de fichajes

El lujo no triunfa en Mestalla

Cuatro de los seis fichajes más caros de la historia del Valencia han llegado al club en las dos últimas temporadas - Enzo, Negredo y Abdennour confirman que las inversiones elevadas no se corresponden tradicionalmente con un nivel óptimo

El lujo no triunfa en Mestalla

Al Valencia se le indigestan las incorporaciones de postín, los fichajes de estilo «galáctico» en los que incorpora, a un alto precio, a futbolistas contrastados y con aura de celebridad. El caso de Álvaro Negredo es solo el último. El delantero vallecano es el fichaje más caro de la historia del club con los 32 millones de euros pagados al Manchester City hace solo dos veranos. Su rendimiento no ha sido acorde a la generosa inversión realizada por la entidad de Mestalla y se le busca destino.

Contra ese perfil de lujo caro, en el Valencia ha acabado triunfando otro arquetipo de futbolista: joven y al que se le augura una prometedora proyección, justo antes de su explosión definitiva como jugador a nivel internacional. Así pasó con Mario Alberto Kempes (fichado dos años antes de llevar a Argentina a ganar el Mundial), Lubo Penev, Mijatovic, Soldado, Mustafi, Villa o Baraja. En estos dos últimos, el Valencia pagó la cláusula de rescisión, cifrada en 12 millones de euros, pero el rendimiento resultante minimizó la inversión. Villa aseguró goles durante cinco temporadas y sería traspasado al Barcelona por 40 millones. Y Baraja se retiró en Mestalla después de haber liderado al mejor Valencia de la historia.

Sin embargo, la apuesta no sale redonda cuando se ficha a un elevado precio. Después de Negredo, la siguiente incorporación más cara es la de Rodrigo Moreno. El delantero hispano-brasileño, de 25 años, alternó buenos momentos de fútbol en su primera temporada pero ha acabado por afectarle en exceso la irregularidad. No obstante, en el Valencia no se duda de su potencial futbolístico y se espera que, en su tercer año, acabe cuajando y ofreciendo el nivel anhelado.

En la tercera posición se encuentra Joaquín Sánchez que, al igual que Negredo, vivió una presentación multitudinaria en el verano de 2006. Después de una larga negociación, fichó por el Valencia por 26 millones. Durante cinco años, Joaquín regaló puntualmente regates y esprints que encandilaron a la grada y desprendió carisma, pero su incidencia real en el juego distó de la del futbolista líder y decisivo. Un caso parecido al de Pablo Aimar. Fue fichado entre vítores a River Plate con apenas 21 años por 24 millones en 2001. Su indiscutible clase enamoró a Mestalla, marcó goles cruciales (sobre todo en la Liga de 2002), pero acusó una intermitencia condicionada por las lesiones que le impiden ser recordado con el mismo rango que otros nombres, como los Albelda o Baraja. Entre medias, sin posibilidad de redención, aparece Enzo Pérez, con 25 millones invertidos. El centrocampista argentino, fichado en el mercado de invierno de 2015, no ha encontrado su sitio en el Valencia. No se hizo fuerte en ninguna posición (ni mediocentro ni banda), no abandonó el bucle de lesiones y no aportó el grado de veteranía que se le presupone a un vestuario con una media de edad excesivamente tierna. El Valencia lo ha puesto en el mercado y su descarte en la Copa América evitará que se revalorice.

La errática política del Valencia se comprueba en que, de los seis fichajes más caros de la historia, por encima de la barrera de los 20 millones de euros, cuatro han sido fichados en las dos últimas campañas. Aymen Abdennour es quien completa la lista. El central tunecino fue fichado a golpe de talonario en el cierre del mercado con el objetivo de hacer olvidar a Nicolás Otamendi. Un total de 22 millones (más un improbable plus por variables) fue el precio pagado al Mónaco. Salvo en aislados partidos, el nivel y la actitud del central ha sido deplorable. Es otro de los lógicos descartes de cara a regenerar el vestuario del Valencia.

El tiro errado en los fichajes caros no es una tendencia moderna en el Valencia. Su historia está trufada de ejemplos. En el siglo XXI se encuentran casos como los de Banega, Zigic y Fernandes, contratados sin haber triunfado al prohibitivo precio de 18 millones cada uno. Romario y Kluivert (al contrario que veteranos como Carboni, Djukic y Angloma) no correspondieron su fama con goles. Karpin acusó el peso de los 6 millones de euros como sustituto de Mijatovic, al igual que Ariel Ortega (10'5 millones) o Welzl, que llegó a Mestalla en 1981 como Bota de Plata europeo. El nuevo proyecto del club aspira a reencontrar el perfil de jugador con futuro, a precio asequible y que se haga estrella en Mestalla.

Compartir el artículo

stats