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Las que son tuyas y las que no

Las que son tuyas y las que no

Si hay una frase que encarna el «macarrismo» más rancio de los ligones de bar o discoteca de los 90 es aquella de «te vas a llevar lo tuyo y lo de tu prima». Semejante anacronismo „obra cumbre del sexismo„ parece haber caído en desuso gracias a Dios. Porque realmente he dicho que era herramienta del ligón de bar, y en parte es falso. Al ligón de bar se le supone cierto arte a la hora de ganarse al/ a la de enfrente.

Realmente era más una carta de presentación de lo que toda la vida se ha dado en llamar un «macarra de barra» o un «hortera de bolera». Sin embargo hay veces que expresiones tan poco recomendables como esa te acoplan a la perfección para explicar algunas situaciones que se derivan de la popularidad o impopularidad en el mundo del fútbol.

Vaya por delante que voy a hablar en las siguientes líneas de dos futbolistas que hace tiempo cumplieron su ciclo en Mestalla y a los que un servidor jamás hubiera renovado: Barragán y Piatti. Sin embargo, y más allá de su rendimiento, si algo no se les puede discutir a ambos es su profesionalidad. Si ha habido gente honesta (en cuanto a dar lo que tenían) con el escudo del murciélago, poca cosa se les puede reprochar a ambos.

Sin embargo, leyendo las críticas que han realizado los aficionados a estos dos futbolistas en el momento en el que el club de Mestalla ha oficializado su adiós, me parecen algo excesivas.

Lo más suave que he leído estos días en Redes Sociales (sí, ya sé que es un cosmos muy particular pero no deja de ser una muestra de ciertas corrientes opinativas) era «espero no verlos nunca más por aquí».

Al final y en ambos casos, se ha acabado volcando toda la impotencia de la grada sobre futbolistas que han sido protagonistas en una época en la que los terceros o los cuartos puestos han sido vendidos como triunfos. O por lo menos han sido intentados vender como un triunfo, pero la gente es consciente de que Piatti y Barragán pertenecen a la generación de futbolistas que sucedió a aquel equipo que en 2008 abrió por última vez las vitrinas de Mestalla con una Copa del Rey.

Acumulación de padrinos impopulares. A ambos los trajo Braulio en la época de Llorente y los renovó Nuno. Demasiada carga en la mochila para ser juzgados únicamente por su rendimiento en el verde. Así de injusto es el mundo del fútbol.

Innegable es que su rendimiento ha distado mucho del deseado (fundamentalmente en el caso del argentino). E indiscutible es que a veces el ruido no lo es todo. Seguro que hay gente agradecida a la entrega honrada de ambos peloteros e incluso alguno de los que tiene un positivo concepto de la aportación al Valencia de ambos futbolistas. Pero al final „tal y como dicen los chinos„ hace más ruido un tronco que cae, que un bosque que crece.

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