Rodrigo Caio, hoy un jugador cotizado, antaño un despojo futbolístico rechazado por incapaz, fue el detonante de un fallo multiorgánico que hizo incompatible con la vida la combinación entre la dirección deportiva de aquí y la dirección deportiva de allá. Los de aquí y los de allá, la bifurcación perpetua entre esos dos Valencia a distintas velocidades que intentaron coexistir. ´Rodrigo Caio, contigo empezó todo´. La historia conocida.
Layhoon Chan, consejera de asuntos sociales, atajó la herida con su método favorito: lanzar machadas que sabe que no son o no serán ciertas. De los creadores de ´No queremos vender a Alcácer´, Layhoon aseguró que el Valencia iba a desmarcarse de Jorge Mendes, las relaciones no serían tan íntimas. Fue una suerte de declaración de independencia. Lo que convenía decir, lo que todos querían escuchar. La poli buena del VCF. Por supuesto, la machada era falsa una vez más.
Me gusta mucho-mucho que la imagen del cierre del mercado haya sido la fotografía nocturna de Mendes y Suso en el coche, Mendes conduciendo, saliendo de una comida larga como el día (las comidas que duran menos de tres horas nunca son buenas comidas). Una escena que desencriptada viene a proyectar la visita del responsable de una colonia ante el emperador de la metrópolis para pedirle ayuda y generosidad.
Más allá de las chanzas a propósito de la ilustrativa imagen (´Mendes lleva el volante del Valencia´) es una buena noticia que dejemos de un lado las simulaciones y nos topemos de frente con la realidad. El Valencia despacha sus operaciones principales con el agente alfa. De él depende el éxito de las transacciones de mayor calado. Por fin ahora las cartas quedan descubiertas y las evidencias resplandecen.
El marido de Tamara Gorro le dio las gracias a Mendes por su contribución decisiva, Suso -de copiloto- hizo lo propio, matizando con cierto pudor que Jorge solo había participado en tres de los muchos traspasos del verano (a los agentes que participaron en el resto de tratativas no se les dedicaron lisonjas, vaya). El Valencia, a su manera, por fin ha dejado de esconder lo suyo con Mendes. Y eso, reitero, está bien. Es más honesto que el hermetismo habitual del club y sus tretas para disimular lo impepinable.
En una bienaventuranza, después de ciclos de mercado siendo el Valencia el que se ha adaptado a las necesidades de Mendes, no se puede desdeñar la aparente inversión de los flujos y que Mendes se haya ajustado ahora a las necesidades del Valencia, herido gravemente tras un primer partido de Liga en el que jugó tan bien que Las Palmas solo le metió cuatro.
Esta vez Mendes se ha arremangado por el Valencia y el Valencia, públicamente, con toda calidez, se lo agradece. Por fin no esconden la relación que ya todos conocíamos. Por fin, también, Mendes arregla sus desarreglos. Circulen.
