Se debe partir de una premisa: los fichajes de invierno son el reconocimiento implícito de una mala planificación en verano. Una medida apresurada en un mercado en el que escasean las soluciones. El radio de actuación es limitado y, por lo general, se opta a jugadores descontentos que no gozan de minutos. Más raras son otro tipo de operaciones y los grandes traspasos solo vienen cuando se ficha en territorio sudamericano (Burrito Ortega, Palermo, Aimar, Higuaín, Marcelo...). El Valencia no acudirá al mercado por gusto ni para perfeccionar su proyecto. Lo hará llamado por pura supervivencia. Los periodos en los que no ha sido necesario han coincidido con las épocas de mayor estabilidad deportiva.

Jonas, Keita e Ilie son los grandes aciertos

Atendiendo al precio de traspaso y al rendimiento ofrecido, Jonas Gonçalves se puede considerar el mejor fichaje del Valencia en los últimos veinte años en invierno. En 2011 el club de Mestalla pagó 1’2 millones al Gremio por un delantero semidesconocido y sobre el que pesaban prejuicios varios, como la etiqueta peyorativa de ser un atacante brasileño de piel blanca. En tres temporadas y media, Jonas marcó 51 goles en partidos oficiales y promedió muchas asistencias, aunque no llegara a gozar de la consideración de ídolo.

El siguiente en la lista es Adrian Ilie. El delantero rumano reactivó, procedente del Galatasaray, reactivó al Valencia en la segunda vuelta de la 97-98, con una adaptación velocísima que se tradujo en 12 goles en 17 partidos. Atacante de gran calidad en la definición, solo ese periodo ya justificó el resto de su permanencia en el club, mucho más irregular y afectada por las lesiones y su carácter cerrado. El podio lo completa Seydou Keita. Se le rescató en 2014 de un retiro dorado en China, para volver a la acción europea. Con su experiencia y galones, el centrocampista de Malí se convirtió con 34 años en uno de los padres espirituales del Valencia de Pizzi, que si bien no remontó del todo en la Liga, rozó la clasificación para la final de la Liga Europa. Al jugador no le convenció la perspectiva de futuro del club (iba en lo cierto) y se marchó a la Roma. Un jugador de su perfil es el que ansía en este momento el Valencia.

Como aciertos, sin llegar al consenso, están los casos de los argentinos Pablo Aimar y Ever Banega. Dos contrataciones de gran envergadura económica (24 y 18 millones, respectivamente). Las lesiones maltrataron a Aimar, un prodigio técnico que fue capaz de acabar siendo decisivo en el Valencia de los títulos, sobre todo en la liga de 2002. Pese a sus altibajos, en Mestalla es recordado como un ídolo. Por cuanto respecta a Banega, su inversión tardó en cotizarse, torpedeada por episodios extradeportivos. Sobre todo brilló en la media temporada con Valverde. Como buenas decisiones permanecen las incorporaciones, del delantero Leandro (1997) —que no se quedó pese a marcar 8 goles en medio año con Valdano—; el lateral derecho Reveillere, que cumplió con nota pero su opción de compra no fue ejecutada por prioridades económicas; o el holandés Maduro, que llegó a coste cero cumplió siendo un comodín en el medio y en la defensa. El chileno Vargas fue otro de los aciertos de Rufete en su limpieza del vestuario en 2014. Así como el fichaje del guardameta César Sánchez, llegado en 2009 con Fernando como director deportivo. Aportó rendimiento, veteranía y carisma.

De Chori Domínguez a Serban, los principales patinazos

El riesgo de fichar en invierno se ha materializado también en forma de sonoros fracasos. El Chori Domínguez nunca acreditó la clase que le precedía en el Rubin Kazan. Allá por 1999, Denis Serban fue fichado tras agradar en la confrontación contra el Steaua. Su papel fue irrelevante. En 2008 otro patinazo fue el de Thiago Carletto, lateral zurdo brasileño al que comparaban con Roberto Carlos. Con el paso del tiempo no ha envejecido bien la llegada de Ariel Ortega en 1997 por 1700 millones de pesetas. Pese a su indiscutible calidad y sus gambetas, fue muy irregular. Eso sí, el Valencia recuperó su inversión. En el capítulo de decepciones, también destacan las de Senderos y Vinicius. Cheryshev comenzó fulgurante pero las lesiones lo apartaron del camino. De los jugadores en nómina actual con el club, no han brillado. Enzo Pérez no ha justificado los 30 millones que se pagaron por él, Vezo no se hizo un hueco en la defensa y Siqueira ha permanecido casi inédito por las lesiones.