Ferran Torres, un mediocentro defensivo y un delantero centro. Esa es la inmediata lista de la compra de Marcelino García Toral. Las renovadas aspiraciones del invicto Valencia señalan el acierto en la confección del proyecto, pero también apuntan una necesidad, la de reforzarse en el mercado de invierno para apuntalar el bloque que en la segunda vuelta intente pelear por los renovados objetivos. A Ferran Torres se le puede considerar, de pleno derecho, como el primer «fichaje». El extremo de Foios, de 17 años, se incorporó ayer al trabajo con la primera plantilla después de su deslumbrante paso por el Mundial sub-17 de la India, en el que cayó en la final ante Inglaterra.

El club quiso arropar a la joven promesa y altos cargos como el presidente Anil Murthy, el director general Mateu Alemany o el director de la Academia, Luis Vicente Mateo, presenciaron el entrenamiento y saludaron a Ferran, que respondía con sonrisas tímidas y que ha tenido también una excepcional acogida en la plantilla. Ayer se pudo comprobar con el trato cercano y cómplice de jugadores como Jeison Murillo y Gabriel Paulista. Con ficha del primer equipo y dorsal propio, una vez blindado su contrato, Ferran no genera dudas desde el punto de vista deportivo a la hora de evaluar su posible aportación a corto plazo en el primer equipo. A Marcelino le gusta especialmente su capacidad de regate, y el control orientado con el que suele desbordar a sus rivales. Es un extremo clásico, de los que se ajustan al 4-4-2 defendido a capa y espada por Marcelino.

El aterrizaje de Ferran Torres en el primer equipo será gradual. Hasta enero, cuando entra en vigor su contrato profesional, podrá seguir jugando con el Mestalla de Lubo Penev, y a partir de entonces solo podrá disponer de minutos con los «mayores». Ferran Torres es una realidad de presente, pero con su presencia el Valencia empieza a dibujar su futuro. Cabe recordar que los dos jugadores de banda incorporados este verano en las últimas horas de mercado, Gonçalo Guedes y Andreas Pereira, llegaron a préstamo del París Saint Germain y el Manchester United sin ninguna opción de compra. Se antoja complicado, por la cotización disparada del portugués y la negativa del United, que esa vía se pueda abrir, por lo que la transición ya se ha abierto con Ferran Torres.

Refresco para Kondogbia y Zaza

No obstante, el equipo necesita otros dos refuerzos. Dos son las plazas en las que el cuerpo técnico aprecia que el equipo llega a resentirse si faltan titulares. Uno de ellos es el mediocentro defensivo, en el que no hay otro jugador que cumpla el perfil de Geoffrey Kondogbia, por sus características físicas y el equilibrio táctico que aporta al conjunto. Nemanja Maksimovic está progresando en su aclimatación pero además de algunas particularidades (venía de medio año sin competir en una liga menor, la dificultad del idioma), su función se ajusta más a la de un mediocentro con llegada al área que no a la de ser el ermómetro del equipo.

El otro futbolista sin un recambio específico es Simone Zaza. Cuando el pasado 5 de octubre, el delantero italiano se dañó la rodilla, el cuerpo técnico temió el órdago de perder a la principal referencia goleadora un par de meses. Santi Mina está respondiendo de forma notable en los minutos que disfruta como refresco, colocando la guinda goleadora a marcadores ya sentenciados. Sin embargo, el atacante gallego se asemeja más al dinamismo de Rodrigo Moreno y no responde a las mismas características de Zaza, a la hora de jugar de espaldas, desgastar a las defensas rivales o bajar balones de los que se aprovechen otros compañeros.

El objetivo de reforzarse cobra urgencia porque la suerte de la temporada dependerá, en buena parte, de salir reforzados en el embudo de calendario en los meses de enero y febrero. En ese tramo el Valencia sabrá a qué aspira en el campeonato liguero y, sobre todo, si es candidato a conquistar la Copa del Rey, un torneo de formato corto que seduce al valencianismo y cuyas eliminatorias decisivas serán en invierno.