El Valencia consolidó ayer su plaza en la Champions con una victoria de prestigo en Sevilla. El orden táctico de Marcelino, y su planteamiento del partido, superó con claridad a la cierta anarquía del Sevilla de Montella. Estas son las claves:
Acierto de Marcelino
Marcelino sorprendió en el once titular. No renunció a su clásico 4-4-2, pero destacaba la ausencia de Carlos Soler y la posición de Paulista en la banda derecha. El entrenador quería cuidar las subidas de Escudero y controlar a Nolito con el defensa brasileño. Y el plan le salió perfecto. Porque el Valencia jugó muy cómodo en defensa, muy sólido, mientras que el Sevilla no encontraba la manera de llegar arriba con peligro debido a su lenta circulación de balón. Mediado el primer tiempo, Rodrigo adelantaría a su equipo en un demoledor contragolpe al aprovechar un espectacular pase de Kondogbia. El Valencia se ponía en ventaja. Pero el Sevilla creció. Con Mudo Vázquez con libertad de movimientos entre líneas, comenzó a inquietar la portería de un siempre solvente Neto. Muriel mandó el balón al larguero. El primer tiempo se le hizo largo al Valencia, y lo mejor que pudo pasarle fue llegar al descanso.
Letales Kondogbia-Guedes
En la segunda mitad, el Valencia se metió muy atrás ante un Sevilla que presionaba y confió toda su suerte en un contragolpe. Rodrigo estaba de dulce y siempre que tocaba la pelota era sinónimo de peligro. Hasta el punto de que la conexión Kondogbia-Rodrigo volvió a ser letal. Antes la había tenido Guedes. Pero las arrancadas del francés acabaron con el Sevilla. Otro pase suyo permitió a Rodrigo marcar el segundo. Ferran oxigenó al Valencia, que pudo marcar el tercero, y el rival acabó entregado, doblando la rodilla ante la superioridad valencianista.
