Las jugadoras del Valencia CF se resistían a marcharse del campo del Ciutat de València, felices de abrazarse y fotografiarse con sus seguidores, liberadas tras el triunfo en el derbi femenino. El club de Mestalla insiste en aislarlas, tratándolas bajo los parámetros proteccionistas de los chicos, pero ellas prefieren el calor de la gente. Era una victoria importante, en casa del eterno rival, en una campaña complicada para ellas, la primera tras la marcha de la presidencia de Layhoon Chan, su máxima valedora,y del carismático entrenador Cristian Toro. El equipo ha perdido brillo, aunque sigue derrochando oficio y orgullo, alejándose a seis puntos del Levante en la Liga y asegurándose su participación en la Copa.

Unos 14.000 espectadores llenaron solo la Tribuna y el fondo de Orriols. El público necesita algo más y no solo el compromiso con el fútbol femenino. Exige estrellas, excelentes equipos, el entusiasmo perdido de los dirigentes. Hace dos temporadas, en Mestalla, hubo 17.000 seguidores y mucho más ambiente porque ambos conjuntos eran mejores. Fue una etapa emergente que no se ha confirmado. Entre los asistentes ayer, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, y el presidente de les Corts, Enric Morera.

El gol fue una primorosa contra desde el lateral izquierdo, culminada por un centro de Mari Paz cabeceado por Lombi. El VCF tuvo profundidad por la derecha con la veloz Débora. El Levante dependió demasiado de Charlyn y la derrota pone en apuros la 7ª plaza pues todavía debe medirse al Barça y al Atlético. Corre peligro su presencia en la Copa.

Qué quiere ser de mayor

El Levante debe decidir qué quiere hacer con su sección femenina. Ha ido perdiendo potencial en los últimos años, fiándolo todo a la eficacia de Charlyn, cada vez más sola para fabricarse ocasiones de gol. No se ve un proyecto y, de irse Charlyn, quedaría un erial y acabaría con el referente que siempre fue el Levante en el fútbol español.