El Valencia CF transmitió anoche excelentes sensaciones, especialmente en el primer tiempo, en el Trofeo Naranja. El escaparate en el que se calibra cada mes de agosto el estado del equipo ante el inicio de temporada mostró a un equipo sólido, dinámico y certero en el remate. Un conjunto equilibrado, por encima de todo, y eso que le faltan 3 futbolistas de ataque, entre ellos el esperado Guedes. Un grupo que ha ganado armonía y talento con los fichajes, entre ellos el del canterano Kangin Lee, que levantó a Mestalla de sus asientos con un regate maravilloso en la fase final del partido. El jovencito coreano, de 17 años, además, cerró la goleada.

El Valencia CF, de blanco de nuevo en Mestalla 23 años después, jugó una primera parte excelsa. Dominó el espacio, el balón y se se mostró físicamente superior a su rival, al que le pesó el sofocante calor (30 grados al inicio del partido). Ya es buena noticia, pese al bochorno, ser más fuerte que un equipo alemán, quinto en la Bundesliga la temporada pasada. La asfixiante presión con la que sometió el equipo de Marcelino al Leverkusen destapó los valores de Santi Mina. De sus pies salieron los dos goles. El primero lo culminó el gallego tras una frivolidad de Garay. Sumado al ataque, el central dejó un centro de tacón que dejó solo a Mina ante el portero, donde pocas veces falla. En el segundo tanto, bordeando el descanso, Mina amagó al guardameta antes de ceder el balón a Rodrigo, que cerró la acción con un chut colocado al primer palo. Más allá del gol, casi pura anécdota, el hispano-brasileño se exhibió sobre el césped. Es otro futbolista al de sus primeros años en Mestalla. Marcelino le ha sacado lo mejor de sí mismo, que es muchísimo. Hoy juega con una confianza máxima y da gusto verlo en acción, tanto en la conducción del balón, el dribling, el pase, los regates de espaldas o el disparo. Sólo por su estética vale la pena pagar la entrada. Hace meses que cayó la boca a sus detractores.

A falta de la llegada de los 3 jugadores de ataque que le faltan a Marcelino, tal como reconoció el viernes, el Valencia CF es un equipo armonioso, cada vez más definido en la idea del entrenador. La cuestión es que el equipo juega con ritmo, mucho ritmo, en el medio campo, donde la pareja Kondogbia-Parejo profunde un enorme respeto. El francés, elevado a la categoría de capitán alternativo, estuvo excelso, en la contención y en la salida del balón, hasta que se retiró dolorido antes del descanso. Le sustituyó Ferran Torres.

Al dinamismo en el medio y la velocidad de los dos delantero, el Valencia CF gestiona con destreza las bandas, donde ha ganado con la incorporación de Piccini. El lateral sube con habilidad la banda, tiene desborde, pero aún le falta que Marcelino le corrija los movimientos defensivos. Más arriba, Was demostró que es un futbolista completo. El danés está dotado de recursos.

El Valencia CF concedió una tregua a su rival en el primer tramo del segundo tiempo. Pesaba el cansancio y Mestalla se dedicó a hacer la ola. Marcelino movió el tablero. Dio entrada a todo el banquillo y nadie defraudó. Dhiakhaby, por ejemplo, se mostró muy seguro en defensa. Es otro portento físico.

Mestalla agradeció, primero, la salida de Simone Zaza, al que coreó en el que, seguramente, fue su último partido en Mestalla. Pero el animador final del Naranja fue Kangin Lee, un futbolista especial. Dejó en el camino a su marcador con un movimiento imposible, antes de marcar el gol que lo consagra, con sólo 17 años, como un jugador válido para el primer equipo tras una noche que evidencia la comunión de Mestalla con su equipo.