Lo apuntó Marcelino García Toral en la rueda de prensa previa al encuentro frente al Manchester United. «El equipo debe aprender de lo sucedido contra la Juventus». Pero en realidad, su equipo ya estaba cerca de culminar ese proceso de aprendizaje, y así lo plasmó en Old Trafford contra un rival con una exuberancia física y potencial ofensivo muy parecido al del conjunto italiano. El tropiezo contra la Juve fue el partido en el que el Valencia, más netamente inferior a su contrincante y marcó un punto de inflexión con una conclusión: mejorar, volver a ser competitivos, pasaba por cerrar la defensa.

Desde entonces, el Valencia ha reducido de forma sustancial el número de goles encajados. Se aguantó con la portería a cero frente al Villarreal, jugando la última media hora con un futbolista menos por la expulsión de Parejo. Frente al Celta, un despiste aislado echó por la borda la posibilidad de una primera y merecida victoria. Solo se habían sumado empates, pero la evolución era patente. Y así llegó el primer triunfo, con el añadido de un penalti detenido por Neto, frente a la Real Sociedad, que descargaba de ansiedad al equipo, antes de corroborar en Old Trafford la sólida mejoría.

Así lo reconocía José Luis Gayà en declaraciones en los estrechos pasillos interiores de Old Trafford: «Al final cada partido es un mundo, pero ante la Juve tuvimos muchos problemas en los centros laterales. Nos centraban muy fácil, nos entraban muy fácil. En Mánchester mejoramos las ayudas y contra jugadores te diría que mucho más físicos que los que tiene la Juventus. Te pasaban, los mirabas y eran superiores todos a ti. Con trabajo, sabiendo lo que teníamos que hacer, chocándoles antes? hemos hecho un trabajo defensivo bueno. De la Juve salimos dolidos y ese partidos nos advirtió de todo lo que teníamos que mejorar en defensa».

El lateral de Pedreguer escenifica la confianza recuperada. Se vio en varios lances contra el United. No paró de subir y bajar la banda pese a arrastrar problemas en el abductor. Es el factor diferencial de tener la autoestima de vuelta. Gayà ganó duelos y no dudó en ir al choque con jugadores que le sacaban más de dos palmos y veinte kilos de peso, como Fellaini o Lukaku. Un duelo psicológico en el que intervinieron otros jugadores de la casa, como Carlos Soler, que mantuvo duelos de mirada desafiante con Pogba. Escenas imposibles hace un par de semanas.

«Los resultados no nos debían apartar de la realidad. Ganas o pierdas, debes pensar en el próximo partido, en analizar fríamente cuál ha sido el nivel», reconocía Gayà. El equipo ahora se ve con las reservas de convicción llenas para plantarle cara al FC Barcelona, este domingo en Mestalla. «Hemos sacado un empate en un campo como Old Trafford, en el que sabíamos que no podíamos perder. Salimos claramente reforzados de cara al próximo partido frente al Barcelona en Mestalla. No va a ser fácil, pero ellos tampoco están en su mejor momento y tenemos que aprovecharlo. Va a ser un partido muy complicado, pero necesitamos el apoyo de Mestalla. Eso será clave».

Gayà analizó la trayectoria que ha tenido el equipo en un mes y medio de competición repleto de complejidades. Desde la seguridad defensiva ha venido el crecimiento y la única cuenta pendiente queda en los goles: «Empezamos en casa contra el Atlético de Madrid muy bien, muy fuertes. Luego tuvimos un par de partidos con muchas dificultades. Pero a partir de ahí el equipo empezó a crecer, sobre todo en defensa. Ahora nos falta en los últimos metros estar un poco más acertados. Tenemos jugadores de grandísima calidad, estoy seguro que los goles van a llegar. Tenemos delanteros magníficos y pasadores muy buenos. La cuestión del gol va a llegar. Mientras, tenemos que estar fuertes en defensa, mantener la portería a cero. El equipo ha crecido porque ha mejorado en la solidez ofensiva».

El lateral zurdo se siente «en un buen momento» en el terreno personal. Ha recuperado su mejor forma, ha alcanzado la selección absoluta y en Old Trafford jugó uno de sus mejores encuentros en su ya larga trayectoria valencianista, a pesar de su temprana edad. Esa experiencia le hizo ser una voz autorizada dentro del vestuario en las semanas de dudas, al no llegar los resultados. Un mes de sequía que se hizo duro, pero que ha acabado por curtir al bloque: «Nos agarrábamos al trabajo diario. Al final cuando no ganas las críticas llegan. Teníamos que estar apartados de eso. Somos conscientes de lo que nos ha costado pasar estas últimas semanas. No ha sido fácil. Veíamos que merecíamos más y recibíamos críticos, algo normal y lógico. Pero el equipo lo dejaba todo en el campo en cada partido. Podían salir las cosas mejor o peor, pero no se nos podía reprochar actitud en ningún momento. Si las cosas no salieron al principio no fue por falta de actitud. Estamos muy bien porque hemos trabajado muy duro para salir de esta situación. Haber mejorado en la faceta defensiva nos dará grandes cosas. Tengo todavía muchas cosas que corregir, estoy en ello, para cada día intentar ser mejor jugador».