Waldo Machado, fallecido el pasado lunes a los 84 años, no sólo dejó su legado como un extraordinario delantero, primero del Fluminense y después del Valencia CF, sino también como entrenador y formador de jugadores. Tras abandonar el equipo de Mestalla en 1970, jugó en la siguiente temporada en el Hércules y, después, en el Torrent. Tras su retirada fundó una escuela que durante años fue un clásico del fútbol valenciano, Waldo Torrent, donde ya enseñaba a sus alumnos cómo lanzar las faltas, una de sus grandes especialidades.

Pero su huella más profunda como técnico la dejó en la escuela de Crack's, donde se incorporó desde el primer día, en marzo de 1985. Abanderó el proyecto junto a otros dos exvalencianistas, Abelardo y Jara, y el exlevantinista Calpe. Allí permaneció más de 20 años, donde entrenó a equipos de todas las categorías: desde prebenjamines hasta el conjunto amateur. En 2007 pasó a la escuela del Valencia CF. También dirigió a algunos equipos regionales, como el Alzira o el propio Torrent.

La labor de la Asociación

La Asociación de Futbolistas del Valencia CF ha pagado más de 100.000 euros por los cuidados de Waldo Machado, segundo máximo goleador de la historia del club fallecido el pasado lunes a los 84 años. El colectivo que preside Fernando Giner se ha ocupado de la atención del legendario delantero, que jugó en el Valencia CF entre 1961 y 1970 y se convirtió en una de las figuras más relevantes del relato del club de Mestalla. Hace 4 años, tras serle diagnosticado alzheimer, Waldo fue ingresado en una residencia de Burjassot, con un coste de al menos 2.000 euros mensuales durante todo este tiempo.

La muerte de Waldo ha servido para conocer con más detalle la labor de la Asociación de Futbolistas del Valencia CF, que recibe una retribución anual del Valencia CF que, según el colectivo, «no es del todo suficiente para atender las necesidades que tenemos». Waldo, que fichó por el Valencia CF en 1961 tras deslumbrar con el Fluminense en el partido homenaje en Mestalla al fallecido Walter, en el que marcó dos goles, estuvo vinculado a la asociaciación desde sus inicios.

El exdelantero brasileño acudía eventualmente a actos de la asociación , principalmente con las peñas. Hace 10 años sufrió unos problemas personales y el colectivo que preside Fernando Giner salió rápidamente a su rescate. Le echó una mano. Una vez enfermo de alzheimer, llegó la decisión de buscarle una residencia. La asociación se puso en contacto con la familia para que fuese sabedora de la situación, informarle de que iba a recibir los cuidados que necesitaba y que podía ser visitado cuando quisieran. El último año fue especialmente duro para el entorno más cercano a Waldo, que había perdido la vista.

La desgracia de uno de los futbolistas que marcó una época en el club ha servido para descubrir lo que unos ya sabían y otro muchos no: la labor silenciosa de la Asociación de Futbolistas del Valencia CF, que no sólo tuteló a Waldo, sino que ha amparado y ayuda a otros exjugadores con diferentes problemas. «Tenemos a otros compañeros a los que estamos ayudando. Dentro de la tristeza de la muerte de Waldo, nos sentimos orgullosos de haberlo cuidado y de que haya podido tener un final de vida digno», asegura Giner.