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Stanley Rous entregó la Copa en Mestalla

El vuelo de regreso de Nottingham fue angustioso. Dos días después hubo visita a la Virgen

Stanley Rous entregó la Copa en Mestalla

El Valencia cogió carrerilla en la Copa de Ferias. Ganó en su primera aparición y continuó en la segunda. No contento con los dos trofeos conquistados se lanzó a por el tercero. Llegó a la final y se enfrentó al Zaragoza, que tenía unmagnífico conjunto, pero contó con un jugador número 12, venido de Portugal y que no apreció ninguna de las bondades valencianistas.

Los partidos de esta competición no fueron todos placenteros en lo deportivo y menos aún en lo humano. El equipo, que venció al Nottingham Forest por 1-5 en su carrera hacia el primer título, padeció la mayor de las angustias en el vuelo de regreso. Una tormenta en la que hubo relámpagos, baches que llevaban el avión hacia abajo, vaivenes que causaban estropicios dentro de la cabina, caída de las azafatas, choque de una señora contra el asiento de delante, rezos, pasajero a quien hubo que atender médicamente por su ansiedad y pavor. Todo pudo acabar en tragedia, pero, tras los peores momentos del vuelo, aparecieron los cielos descubiertos y, si en la salida de Londres no se pudo ver el paisaje porque las nubes lo impedían, la visión de la tierra cuando el piloto dijo que lo malo ya había pasado, hizo creer a los viajeros que nunca habían visto un paisaje tan espléndido como el que les acercaba a tierra.

Hubo quien besó el asfalto de Manises cuando descendió del avión y 2 días después se acudió al camarín de la Virgen para dar gracias por haber salvado la vida a bordo de un avión que incluso perdió una pequeña parte del fuselaje.

La segunda Copa de Ferias supuso nuevos viajes al Reino Unido. De nuevo hubo adversarios que obligaron a acudir más veces a las islas. Curiosamente, los adversarios fueron los escoceses Celtic de Glasgow, Dunferline e Hibernian. Esta reiteración en los desplazamientos a las tierras de los inventores del fútbol hizo preguntar al presidente del club, Julio de Miguel si «el Valencia tenía que ganar la liga escocesa». Al Celtic se le batió en Mestalla (4-2) y se empató en su feudo (2-2). Contra el Dumferline la cuestión fue más complicada, de modo que después de ganar en casa (4-0) se perdió en Escocia (6-2) y por ello hubo que jugar desempate en Lisboa, donde ganó el Valencia (1-0) con un gol de un delantero inesperado: Manolo Mestre. Al Hibernian, que teóricamente era superior al anterior adversario, se le batió (5-0), pero se perdió en la vuelta (1-0).

La parte mollar del paso anterior a la segunda final tuvo como gran espectáculo el enfrentamiento con la Roma, equipo que estaba de moda en Italia y aspiraba a recuperar un trofeo que había perdido 3 años antes. En Mestalla se ganó (3-0) y se perdió en el Estadio Olímpico (1-0).

La final llegó el 12 de junio y el equipo valencianista derrotó en Yugoslavia, en Zagreb, la capital croata, al Dinamo ( 1-2). Todo se puso se cara y para completar la función hubo victoria en Metalla (2-0).

Esta final tuvo singular importancia porque en aquellos días Valencia era la sede de la asamblea de los dirigentes del fútbol continental. Juan Carlos Quincoces, capitán del equipo, recibió la copa de manos de sir Stanley Rous, que por entonces ya era presidente de la FIFA. Aunque en estas temporadas en las que ya participaba un buen número de clubes y su trascendencia deportiva era enorme, se tardó denominar el torneo como se hizo años después, cuando la UEFA lo consideró una de sus grandes campeonatos. El Valencia ha tenido que figurar entre los campeones de la UEFA sin que consten sus primeros logros que fueron en tiempos pioneros.

Los campeones de esta ocasión fueron Zamora; Piquer, Quincoces, Chicao; Sas

tre, Paquito; Mañó, Sánchez Lage, Waldo, Ribelles y Urtiaga. Estos vencieron 1-2 en Zagreb con tantos de Waldo y Urtiaga. En Mestalla hubo victoria por 2-0 y fueron autores de los dianas los extremos Mañó y Héctor Núñez. Éste sustituyó a Urtiaga, que había jugado en Croacia.

En las alineaciones de esta competición aparecieron jugadores que no pudieron hacer historia a causa de sus lesiones. Fueron los casos de Verdú, tres fracturas consecutivas, y Salvador, un central que tampoco tuvo fortuna. Fue estudiante de Filosofía lo que lo hizo singular en aquella época. En aquellas temporadas europeas hicieron aparición en el equipo jugadores procedentes de la cantera como Alberto Arnal, que fue internacional B, Francisco Vidagany, que triunfó plenamente en Primera; Roberto, Cabello, campeón de España de juveniles; Pepe Martínez, guardameta que triunfó en el Mestalla y brindó una gran exhibición con el Mestalla en el desaparecido Metropolitano contra el Atlético de Madrid en Copa. Pese a ello, el club prefirió a Ñito. Martínez fichó por el Sabadell, donde hizo grandes campañas.

El Valencia de aquellas temporadas, además de contar con una línea media de dos grandes atletas, Sastre y Chicao, recibió el refuerzo de dos futbolistas que crearon época en Mestalla. José Sánchez Lage y Paquito. Ambos llegaron del Oviedo.

Sánchez Lage era un interior formado en el futbol argentino del pase medido e inteligente en la creación de la jugada. En el centro del campo era de los futbolistas a los que hay que ceder el balón para que organice el juego del equipo. Llegó veterano y solamente pudo jugar 3 temporadas. Pese a ello coincidió con etapa en la que el equipo fue campeón con la segunda Copa de Ferias y subcampeón en la siguiente. Tenía también fácil disparo y después del Valencia pasó por el Levante y Deportivo. Jugó hasta los 40 años.

Los elogios a Sánchez Lage

Lo encontré en Buenos Aires allá por los años 70 y me habló entusiasmado de su vida en València y de sus compañeros. Tal vez la mejor opinión que de Ricardo Zamora tuvo un futbolista fue la de Pepe Sánchez Lage: «En València, por su apellido, a Ricardo, no se le tuvo la consideración que merecía. Me enfrenté a él cuando jugaba en el Oviedo y en los entrenamientos en Mestalla, y siempre recuerdo que cuando te salía al paso era como si te viniera encima un tren de mercancías. Ocupaba tanto espacio en la portería que no sabías por dónde lanzarle el balón». Una de las ocasiones en que Ricardo Zamora mostró su indudable condición de gran cancerbero fue en la tercera Copa de Ferias. Fue en Colonia y el Valencia estaba a punto de ser eliminado en las semifinales. Con 2-0 en contra, el árbitro pitó penalti. Zamora lo detuvo y finalmente la eliminatoria acabó 4-3 a favor de los nuestros. La ida en Mestalla fue 4-1.

Sánchez Lage fue jugador argentino de los que se conoce como nacidos en el «potrero». Tuvo un enfrentamiento con el central del Español Mingorance; le persiguió hasta que le dio un cabezazo que le partió una ceja. La sanción lo desequilibró y ya no rindió como al principio.

Otro jugador que en aquellos años hizo méritos fue Urtiaga , vasco que creó grandes esperanzas, pero que no acabó de cuajar. Como otros de sus paisanos, acabó en la Real Sociedad, aunque antes pasó por el Atlético de Madrid. Fue uno de los jugadores a los que el seleccionador nacional, José Villalonga, militar, profesor de Educación Física en la Academia de Toledo, llamaba para los partidos entre «posibles» y «probables», jóvenes a los que se probaba porque apuntaban hacia el equipo nacional. Urtiaga era jugador de fina estampa. En la Real tuvo mejores campañas que en las 4 que perteneció al Valencia, en las que jugó bastantes partidos pero nunca se hizo con la titularidad.

La segunda fue menos brillante

La segunda Copa de Ferias no fue tan brillante como la primera en la que no se conoció la derrota. En esta, de 11 partidos se ganaron 7, se empató 1 y se perdieron 3. No obstante, los delanteros valencianistas marcaron 26 goles y los porteros únicamente encajaron 14. Guillot y Waldo se anotaron 6 dianas, Héctor Núñez, 4; Coll, Roberto y Chicao, 2 y Mestre, Mañó, Ficha y Urtiaga consiguieron los restantes.

En 1963, se hizo cargo del equipo Pasieguito. Fue su debú como entrenador y no fue afortunado. En enero de 1964, fue destituido a causa de los malos resultados, ya que el equipo se acercó a los puestos de descenso. La directiva puso a Mundo al frente de la plantilla.

Las temporadas en que se ganaron los dos trofeos de Ferias el Valencia acabó séptimo en la Liga de 1961-62 y en la misma plaza en la 62-63. En aquella década se ganaron 3 títulos. El tercero correspondió a la Copa de España.

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