El Valencia tocó fondo en Milán a los ojos de toda Europa. El equipo tiene un pie fuera de los octavos de final de la Champions y tendrá otro fuera de la lucha por los puestos de Liga de Campeones si no comienza a sacar partidos lejos de Mestalla. Jugar como visitante se ha convertido en un auténtico drama para este equipo que encaja goles peligrosamente al mismo ritmo que pierde la identidad y el espíritu competitivo que le hizo grande. La eliminación de Granada, las goleadas del Real Madrid, Mallorca y Getafe, ahora el Atalanta. La lista de decepciones aumenta como la debilidad defensiva de un equipo que atraviesa por su momento más crítico de la temporada con la moral tocada, sin una idea de juego clara a la que aferrarse, sin gasolina en las piernas y con una plaga de lesionados, sancionados y hasta enfermos de varicela que asusta. El Valencia necesita revertir esta dinámica autodestructiva. Hace falta un mínimo atismo de reacción para volver a creer. De no ser así la temporada puede hacerse muy larga. Los de Albert Celades están obligados a dar un paso adelante de forma urgente, parar la caída y escapar de la crisis cuanto antes. Ganar es la única forma de curar las heridas y continuar aspirando a todos los objetivos. No existe otro camino posible.

Lo mejor que le ha podido pasar al Valencia es jugar solo tres días después de la debacle de San Siro. Ganar podría tener un efecto positivo a nivel mental y clasificatorio teniendo en cuenta que este fin de semana hay dos duelos directos por la Champions como el Atlético de Madrid-Villarreal y el Getafe-Sevilla. Es una buena jornada para recortar puntos y recordar a LaLiga que el Valencia continúa vivo en la pelea. El equipo necesita más que nunca recuperar sensaciones. Para ello será necesario cerrar atrás y empezar a crecer como equipo desde la defensa. Fue el mensaje de José Luis Gayà en Milán y debe ser el camino a seguir. El problema son las bajas. Hasta nueve arrastra Celades: José Luis Gayà, Francis Coquelin, Rodrigo Moreno, Ezequiel Garay, Gabriel Paulista -también sancionado-, Cristiano Piccini y Manu Vallejo. Por enfermedad Alessandro Florenzi y por sanción Maxi Gómez. Demasiadas piedras en la mochila para un equipo tan frágil lejos de Mestalla. Kevin Gameiro por la sanción de Maxi Gómez y Denis Cheryshev, el mejor el miércoles en Italia, pueden ser los dos hombres de refresco que introduzca el entrenador en el once inicial. Geoffrey Kondogbia será titular a pesar de no haber entrenado en Paterna por precaución y Jaume Costa volverá por el lesionado Gayà. Kang In reaparece en la convocatoria. El equipo está al límite, pero no es excusa. Es un día para dar la cara y demostrar que el equipo todavía va a dar mucha guerra esta temporada. El cambio empieza hoy.

El problema es que Anoeta, ahora Reale Arena, parece el escenario menos propicio para levantarse. La Real Sociedad de los Odegaard, Oyarzábal, Isak y compañía asusta. Que se lo pregunten al Real Madrid. Los donostiarras eliminaron a los blancos de la Copa del Rey en el Bernabéu y están pletóricos en casa. Tanto que pueden encadenar su sexta victoria consecutiva -Mallorca (3-0) y Athletic (2-1) y en Copa frente al Espanyol (2-0), Osasuna (3-1) y Mirandés (2-1)- y establecer un registro que no lograban en Primera División desde hace 25 años. Están de récord.