No tengo constancia de que Diawara sea el jugador que vaya a llegar. No me ha trasladado nada el club. Es una opción más como muchas de las que han salido. A ver si hay suerte y llegan jugadores lo antes posible. Hoy -por ayer- se ha visto el equipo estaba muy mermado y contando con chicos del filial». Eran las palabras de José Bordalás después de conseguir la clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey. Lo normal es que estuviera contento, pero la realidad del entrenador es bien distinta. Al técnico estaba decepcionado por el juego de su equipo, pero todavía más por todo lo que está rodeando al mercado de fichajes. Las desavenencias están desgastando al entrenador y eso es un peligro.

A Bordalás no le consta que Amadou Diawara sea el jugador que acabe reforzando su centro del campo en enero. Una afirmación que contrasta con los planes y los últimos movimientos del Valencia en el mercado. De hecho, sus declaraciones se producen solo un día después de que el club confirmara que ha solicitado formalmente a la Roma la cesión del guineano. Las palabras de Bordalás confirman, tal y como publicó este periódico, que las diferencias entre el técnico y el club no han desaparecido a pesar de la reunión de urgencia y en busca del consenso perdido que se produjo el viernes en Paterna junto al presidente Anil Murthy y al secretario técnico Miguel Ángel Corona. Unas discrepancias que volvieron a quedar de manifiesto en su rueda de prensa del sábado.

Diawara es desde hace días uno de los focos de conflicto entre Bordalás y la propiedad. El técnico era partidario de hacer un esfuerzo por Mubarak Wakaso. El mediocentro ghanés del Shenzhen F. C. de la Superliga de China encaja en los planes de entrenador, pero no tanto en los del club. De hecho, en las últimas reuniones ya se ha informado a Bordalás de la dificultad de fichar a Wakaso y la posibilidad de incorporar a Diawara. El guineano está a tiro porque no cuenta para José Mourinho (fue uno de los señalados en la humillación 6-1 en la Europa League) y quiere salir de la Roma como sea. El problema es que a Bordalás le genera dudas porque es un futbolista de 24 años que no tiene experiencia en la liga española. El problema añadido de Diawara es que está disputando la Copa Africana con su selección y su posible llegado podría retrasarse hasta febrero. Aunque ese no es el principal problema. El drama es que mientras el Valencia ha activado una operación por Diawara, al entrenador no le costa que sea el jugador elegido.

El central

Algo muy parecido está sucediendo con el fichaje del central. Las diferencias de criterio afloran. Bordalás era partidario de reforzar el centro de la defensa con Aridane (Osasuna), un jugador experimentado en LaLiga en los últimos años. Sin embargo, es un central que no encaja en los parámetros deportivos y económicos del club. El Valencia llegó a hacer dos ofertas por el jugador, pero muy pobres. La primera de una cesión pura y dura y la segunda, una cesión con una serie de objetivos. Ninguna fructificó porque Braulio Vázquez como es lógico no regala al jugador. Al club tampoco le encajaban los 32 años de Aridane y los tres años (este más los de siguientes) de contrato que pedía el futbolista para firmar con el Valencia. La apuesta que más gusta a Meriton es Álvaro González (Olympique de Marsella). El club ve posibilidades reales de hacer la operación, pero no quiere firmar sin el OK del entrenador para evitar otro caso Ferro-Oliva-Cutrone.