La posibilidad de que el Valencia tenga que traspasar por imperativos financieros a Gonçalo Guedes, Carlos Soler y José Luis Gayà, tal como se ha desprendido de la supuesta hoja de ruta activada entre el club de Mestalla y Jorge Mendes, con la venia del nuevo entrenador Gennaro Gattuso, no supondría solo un quebranto deportivo, difícilmente subsanable. La salida de la figura atacante y de los dos capitanes, además de una señal evidente del tipo de aspiraciones de cara a la próxima temporada, significaría también la extinción casi definitiva del equipo que, en el año del Centenario, logró alzarse con el título de Copa y repetir la cuarta posición que dio acceso a la última participación en Liga de Campeones. Significaría la despedida de una época.

La plantilla del Valencia celebra el título de Copa de 2019. efe/biel aliño

Desde una posición privilegiada para recortar distancias con el Atlético de Madrid y Sevilla, con ingresos que volvían a fluir al volver a entrar en dinámica de Champions, con una aceptación generalizada de Meriton Holdings entre la masa social, con el Valencia en la cúspide, todo se desmoronó. El ambicioso proyecto se desmanteló, tras los despidos contra toda lógica del entrenador Marcelino García Toral y del director general Mateu Alemany, pilares en los que se sustentaba un plan que quedaría ya partido y que ha conducido al Valencia a vagar por la media tabla en las tres siguientes temporadas. Aquel equipo se fue deshojando de efectivos, diecinueve en total. En algunos casos, se trata de jugadores que ya habían completado un ciclo en Mestalla pero, en ejemplos más llamativos, se enseñó la puerta de salida a líderes del vestuario e ídolos de la grada que han logrado éxitos en otros clubes. Futbolistas como Daniel Parejo y Francis Coquelin, prácticamente regalados al Villarreal, han conquistado en La Cerámica una Liga Europa y han llegado hasta semifinales de la Liga de Campeones. En este tránsito ladera abajo, el Valencia ha visto desfilar a jugadores como Ferran Torres, actualmente en el FC Barcelona previo paso por el City, que en un solo año duplicó el precio de venta por el que lo adquirió del Valencia. Neto, Wass, Garay, Piccini, Kondogbia, Kang In Lee, Rodrigo Moreno, Santi Mina, Gameiro, Murillo, Sobrino y Cheryshev han abandonado el plantel, junto a los que en aquel año participaron en calidad de cedidos, como Roncaglia y Batshuayi.

La gran transformación no vino acompañada de ninguna tendencia inversora que contrarrestase las bajas, más allá de los fichajes de este verano, con el soporte de las primeras ayudas del préstamo de CVC tutelado por LaLiga. Con todo, el Valencia ha logrado aguantar con una columna vertebral en la que sobresalen los cuatro capitanes, supervivientes de una época, como Gayà, Carlos Soler, Jaume Doménech y Gabriel Paulista. A continuación, resiste la continuidad de un Guedes que en esta pasada temporada ha remontado su vuelo irregular y se ha consolidado como la referencia ofensiva del equipo, o el caso de Mouctar Diakhaby, que se ha consagrado en el titularidad. También siguen valores que se han integrado completando el ciclo formativo por el filial como Hugo Guillamón, Uros Racic y Yunus Musah, que ya entrenaban con el primer equipo en el año del Centenario, y con gente de la casa que ha seguido en el club, como Toni Lato, que pasó por una cesión en Osasuna. Sin embargo, si se procede a las ventas de Guedes, Gayà y Soler, para paliar una necesidad de ingresos cifradas entre 60 y 70 millones de euros, del equipo del último título puede quedar prácticamente desintegrado.