M. V., Valencia

La Concejalía de Medio Ambiente ya ha dado las órdenes pertinentes para que "se abra una puerta desde el Jardín de Monforte al vecino solar del antiguo palacio de Ripalda", tal como anunció recientemente el edil delegado del área, Ramón Isidro Sanchis. "La parcela estaba completamente tapiada y era imposible acceder a ella -explicó-, con lo que no se podía realizar el mantenimiento de los árboles que hay dentro". A partir de ahora, sin embargo, los encargados de sustentar el Jardín de Monforte podrán también hacerse cargo, sin dificultad, del solar contiguo que, además, también será visitable.

Ésta era una de las viejas reivindicaciones de los empleados de Monforte, que veían cómo los ejemplares arbóreos existentes en la parcela contigua crecían sin ningún tipo de control. Una situación que, de no ponerle freno, habría podido poner en peligro incluso la valla perimetral que rodea el terreno y que, en algún punto, está prácticamente reventada como consecuencia del apoyo de un antiquísimo y enorme pino.

De hecho, la visión de este muro -actualmente sujeto con grapas- fue uno de los aspectos que disparó las alarmas del Consell Valencià de Cultura, que esta semana emitió un informe en el que urgía a ayuntamiento y Generalitat a mejorar la conservación del Jardín de Monforte, declarado Jardín Artístico Nacional en 1941.

Sin embargo, y pese a las apariencias, fuentes del parque aseguraron a este periódico que los "arboles estaban perfectamente cuidados y mantenidos, con un control casi diario" por parte de los especialistas. El concejal de Medio Ambiente también quiso quitar ayer hierro al asunto al afirmar que "se trata de ejemplares muy grandes y viejos -algunos datan de 1850- y, por lo tanto, de gran tamaño, lo que a veces dificulta su mantenimiento". Es más, agregó, uno de los pinos, que se encuentra apuntalado de forma espectacular con varias vigas metálicas, está estribado "desde hace más de 30 años, lo que significa que esto no es nada nuevo y que no tenemos el parque abandonado".