El Ayuntamiento de Valencia y la Entidad Pública de Saneamiento de Residuos (Epsar) de la Conselleria de Medio Ambiente se encuentran enfrentados sobre cuál de las dos administraciones debe arreglar la avería del aliviadero de la acequia de Vera y mientras se produce ese cruce de acusaciones los residuos fecales continúan saliendo libres al mar y son devueltos por las olas sobre las playas de la Malva-rosa y la Patacona.

El consistorio valenciano y la Epsar llevan casi un mes enzarzados por quién arregla la rotura de la conducción. Como ayer publicó Levante-EMV en la playa de Valencia se ha señalizado un perímetro de 200 metros de longitud mientras en Alboraia se instalaron hace días unos carteles prohibiendo el baño y la pesca que ayer no estaban.

Y dentro de ese enfrentamiento ayer llegó un nuevo comunicado de la Epsar al consistorio afirmando que no son quiénes para arreglar el tubo, volviendo a instar al consistorio a hacerlo por considerar que la responsabilidad es municipal, como dijo un portavoz de la Conselleria de Medio Ambiente. Los servicios jurídicos locales entienden que la obligación es de la Entidad como se deja bien claro en el convenio de 1994. Sin embargo, en el fondo de toda esta situación subyace la falta de dinero para contratar a una empresa especializada cuyo coste es bastante importante.

Y lo que no ha sucedido en todo un mes se produjo ayer después de que este periódico publicara la averia y la contaminación fecal de las aguas y las playas. Un grupo de buzos de la contrata de mantenimiento apareció en la zona para conocer los pormenores de la avería.

Un hostelero de la zona del paseo marítimo afirmaba que "es la primera vez que vemos a esos buzos donde está la mancha. Los restos aparecieron hace semanas y no una como se ha dicho".

La concejala del Ciclo Integral del Agua, Mª Angels Ramón-Llin, lleva varios días intentando hablar con el conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, pero hasta el momento no lo ha conseguido.

Las reacciones a la contaminación no se han hecho esperar. El presidente de asociación de hosteleros, Miguel Cuenca, recordó que una situación de esas características en plena época estival habría provocado un gran revuelo y en la zona ya habría medios para arreglarlo pero no es así. Nosotros somos quienes vemos esa situación desde hace días. El acotamiento de la playa tuvo lugar el pasado fin de semana pero la mancha de color marrón se ve bien" y recordó que "cuando se produjeron los vertidos de los barcos en el mar de inmediato se prohibió el baño y se enviaron medios pero aquí nada de nada". Además, recordó que del edificio del emisario emanan olores putrefactos y se vierten aguas fuera del edificio, lo que ha originado la marcha de los clientes.

Un grupo de vecinos que ayer estaban en la playa y en la zona del paseo marítimo también coincidieron en recordar que cuando aparecieron los restos de contaminación por los vertidos de barcos antes del verano de 2008 y de 2009 de inmediato se pusieron todos los medios para la limpieza pero en esta ocasión la mancha de color marrón y las decenas de gaviotas sobre ella forman parte del paisaje.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia instó a la Generalitat y al ayuntamiento, a "arreglar la avería y hablar después sobre quién lo paga o no. Lo primero es arreglarlo".

La concejala del PSPV Carmen del Rio recordó que "la Epsar tiene la obligación de vigilar el emisario, el control de los vertidos y la limpieza. Y bastante vergüenza es que en una ciudad tengamos que verter las aguas sin depurar. El emisario es lo más tercermundista y deberían conectarse a una depuradora. El emisario es un eslabón a extinguir".

"Si fuera verano ya estaría arreglado"

Los usuarios de la playa, los hosteleros y los vecinos hicieron saltar ayer la voz de alarma recordando que cuando han ocurrido vertidos la actuación de las administraciones ha sido rápida en contraste con la situación actual. Y es que como es otoño y apenas va gente a la playa a nadie le ha molestado porque pocos son quienes se han bañado con los vertidos de aguas fecales y a pocos importa que esa zona del mar se haya convertido en un gigantesco nido de gaviotas. Unos vecinos recordaron que ahora no hay barcos de la Copa del América ni competición de F-1 pero el uso del emisario y del aliviadero al 100% se realiza desde hace tres años por la competición náutica. El asunto estaba casi silenciado hasta la denuncia vecinal