?

Al igual que las doce uvas que se toman en nochevieja, el roscón de reyes es una tradición que se hace indispensable en la noche de reyes, aunque ambas tradiciones comparten su origen.

Así lo asegura Gabriel Medina, experto en "marketing", que ha realizado un estudio sobre estas y otras tradiciones que convierten las fechas más destacadas en verdaderas oportunidades de negocio para los empresarios más avispados.

Según Medina la tradición de comer el roscón de reyes es de origen francés, al igual que las archiconocidas doce uvas, así como sus introductores en España, los aristócratas madrileños.

Si las doce uvas se popularizaron por la clase media madrileña como burla hacia la aristocracia en la última década del siglo XIX, el roscón de reyes tiene unos inicios muy anteriores y que pueden situarse a mediados del siglo XIX, aunque no sería hasta el siglo XX cuando tomaría su actual nombre, roscón de reyes, anteriormente se comercializaba como Gateaux des Rois o pastel de reyes.

La prensa madrileña de 1848 ofrece una clara descripción de la simbología del "Gateaux des Rois", que se tomaba en los 15 días primeros de enero, no necesariamente coincidiendo con el día de los reyes magos. La torta contenía una almendra, se partía en tantas partes como comensales había, el que encuentra la almendra se convierte en el Rey y tiene la potestad de elegir la reina. El afortunado rey disfruta de la pleitesía de sus compañeros y está obligado a pagar una merienda a todos.

La tradición siguió entre las clases más adineradas. 20 años después aún no era muy conocida esta tradición, aunque ya habían cambiado la almendra por un haba que, como si fuese mágica, convertía al descubridor en rey con la posibilidad de elegir a la reina entre los comensales.

Ya en el siglo XX el que encontraba la haba era el afortunado, al que le reiría la fortuna. En 1913 la prensa madrileña quiso ser protagonista en primera persona de este evento y, como también se hace hoy en día, cambió el haba por monedas de oro y sorteos de roscones. A partir de este momento esta tradición nacida en Francia y Bélgica pasó de "Gateaux des Rois" a roscón de reyes, tal y como lo conocemos en la actualidad, con las particularidades que cada pastelería le ha ido añadiendo año tras año.