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La Federación de Fallas de Sección Especial anunció anoche que, si no cambian las cosas en la coyuntura económica, existe un compromiso firmado por todos ellos para que sus monumentos en el año 2011 tengan un coste máximo de 100.000 euros, con una altura de 14 metros y 20 "ninots" como tope. De la misma manera cada falla infantil tendría un coste máximo de 25.000 euros. Se intuye que los artistas serían los grandes perjudicados.

Los presidentes expusieron ayer que ésta es la única forma de hacer frente al recorte en los ingresos que están sufriendo. Esta medida supondría retrotraer el coste de la falla a lo que se pagaba hace más de 15 años.

En la federación están Nou Campanar, El Pilar, Na Jordana, Convento Jerusalem, Exposición, L'Antiga de Campanar, Sueca-Literato Azorín, Regne de Valencia-Duque de Calabria y Almirante Cadarso-Conde Altea.

Los dirigentes querían incidir en que no es verdad la tesis más recurrente: que esto sea una medida de presión a las instituciones para recibir más ayudas económicas. El anuncio se produce a la semana de haberse reunido con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Casualidad o no, Juan Armiñana, presidente de Nou Campanar, decía ayer: "Somos conscientes de que las instituciones también han visto recortados sus ingresos. Ellos no tienen obligación de darnos nada. Algo nos tocará, pero no es una forma de presionarlos".

También se interpreta como una forma de enjugar colectivamente las deudas que arrastra buena parte de estas comisiones. Se aseguraba que en caso de llevarse a efecto el anuncio se arbitrarían fórmulas para que ninguno rompiera la disciplina de esta declaración de intenciones, sopena incluso de ser expulsados de la federación. También se comentaba que esto forma parte de un especie de plan de saneamiento que incluye negociaciones para desarrollar una nueva financiación colectiva.

En cualquier caso no se debe olvidar que la historia reciente de las fallas está repleta de ultimatums, amenazas de plante y anuncios catastrofistas que, al final, han encontrado solución.

La voz cantante la llevó el presidente de Nou Campanar, Juan Armiñana. "Llega un momento en el que debe primar la sensatez y ojalá en el 2012 ya cambie todo, pero está claro que si las cosas son como ahora mismo estos límites habría que extenderlos a ese año. Es, en cualquier caso, un acto de responsabilidad".