Según explica el abogado de Mª del Carmen Fernández, el ayuntamiento se comprometió a partir de 2007 a medir el sonido del local fallero, sin embargo las mediciones no se hicieron hasta febrero de 2010. Los sonómetros registraron valores superiores a lo permitido que confirmaron las mediciones que la familia encargó a un perito privado. Los sonómetros llegaron a recoger niveles de ruido de 64 decibelios "cuando 30 es lo permitido". "Eso fue un día normal sin un jaleo excesivo", remacha la vecina. "No queremos ni imaginarnos lo que habría dado si hubiesen venido un día que tenían la discoteca montada", apostilla.