El túnel que pasa al lado de la Sagrada Familia, uno de los grandes símbolos de Cataluña, ha sido el aspecto más controvertido de las obras del AVE en Barcelona. El túnel se pondrá en servicio en 2012, pero ya se superó hace unas semanas el tramo de la Sagrada Familia.

Fuentes de Adif apuntan que el templo, consagrado el pasado 7 de noviembre por Benedicto XVI, no ha sufrido daños y ha estado "monitorizado" en todo momento. El túnel se construyó a 37 metros de profundidad y se ha hecho una doble pantalla de protección con pilotes insertados a 40 metros de profundidad a propuesta del comité de expertos avalado por la Unesco encargado de controlar las obras.

El corredor Madrid-Barcelona es uno de los más utilizados. El primer año de funcionamiento superó la cifra de 5 millones de viajeros, frente a los 3,6 que se esperan en la línea Madrid-Valencia.

La operación Sant Andreu-la Sagrera es probablemente la principal actuación de renovación urbana asociada a la llegada del AVE a Barcelona. Se puede comparar con la operación de soterramiento de la vías y construcción del Parque Central prevista en Valencia. La construcción de la nueva estación de la Sagrera -conectada con la de Sants a través de un túnel de casi seis kilómetros- transformará una amplia zona de industriales obsoletas al Este de Barcelona.

La intervención incidirá en la recuperación del frente del litoral, la consolidación del área de Glorias como centro administrativo y cultural, y la remodelación del Poblenou con el distrito 22 @. El objetivo es cubrir 38 hectáreas de superficie ferroviaria, uno de los mayores cubrimientos de Europa, y conectar los barrios hasta ahora separados por las vías.

Algunos sectores ya se han ejecutado en parte y quedan pendientes de urbanizar 1,25 millones de metros cuadrados donde se construirán viviendas para 24.000 nuevos vecinos; 55.500 m2 de uso hotelero (800 habitaciones) y 380.000 m? de oficinas y comercios que pueden significar 30.000 nuevos puestos de trabajo.

El cliente del AVE lo usa una vez cada dos semanas

El corredor Madrid-Barcelona tiene una cuota de mercado del 48%. El perfil del cliente es el de un hombre (61%) con una edad media de 44 años y estudios universitarios (72%) que usa el tren rápido por trabajo. El 40% se desplaza con una frecuencia alta, es decir, que viajan al menos una vez cada dos semanas, según informaron fuentes de Renfe.

La valoración global global del servicio es de ocho puntos sobre 10. Lo más valorado es la puntualidad (9,2 puntos) y la limpieza (8,7).

El AVE Barcelona-Zaragoza-Madrid, una de las líneas más competitivas de la red, superó los 2,8 millones de viajeros en el primer semestre de 2010. Un millón de viajeros uso las plazas promocionales con descuentos de hasta el 60%.