Vicente Navarro y su mujer Betsabeth todavía no se lo creen, aunque las llaves de su nuevo hogar tintineen dentro del bolsillo de su pantalón. El Centro Especial de Empleo número 130 contrató ayer a esta venezolana, discapacitada, licenciada en Derecho con un master a medio acabar en Derecho Mercantil y cinco idiomas, que llevaba más de dos años viviendo en la calle con su esposo, al quedarse éste sin empleo.

La noticia de su situación, que publicó ayer Levante-EMV, movilizó al responsable del Centro especializado en contratar a personas con discapacidad, Juan José Serrano, que por la mañana se acercó a visitar a la pareja para comunicarle a ella, en primera persona, que el departamento jurídico necesitaba a una letrada y que ella encajaba perfectamente en el perfil.

La buena nueva fue solo la primera de una tanda de alegrías que cambiará la vida de Vicente y Betsabeth, ya que Serrano además les ofreció una vivienda y hacerse cargo de los gastos de colegiación.

El 7 de abril de 2011 será para Vicente y Betsabeth, que está embarazada de cuatro meses, el día de los milagros, "sí, pero gracias a las personas", precisa el marido, de 52 años, electricista y "manitas" de profesión que, agradecido, afirma que esto se ha producido al dar a conocer su situación en el periódico.

"Estamos muy felices, ésto -refiriéndose a su nuevo hogar- me parece un palacio porque hemos pasado del infierno de la calle al cielo", declara Betsabeth. Ambos todavía están en estado de "schok", sin creerse que la vida haya hecho una pirueta tan grande que les haya llevado de la nada al todo.

Hasta media tarde no supieron la dirección de la casa que sería su hogar, "nos dijeron que si no encontraban un piso nos pagaban un hostal", relata la mujer pletórica de alegría. "Ahora ya se acabaron las pesadillas y el temor a que nos quitaran a nuestro hijo por vivir en la calle", agrega la abogaa.

El piso, que es un planta baja, se ha llenado de bolsas de comida y productos de limpieza que el Centro Especial de Empleo número 30 ha comprado para ellos. Sus enseres también están en bolsas: la tienda de campaña que un profesor les regaló y que al enterarse hoy de que les habían ofrecido trabajo y casa, lloraba con ellos de alegría.

"Qué cosas tiene la vida, por la desgracia de mi dificultad física -afirma la mujer- he conseguido un empleo que nos sacará a flote a los dos; yo quería salvar a mi niño y a mi marido, que es lo que más quiero y ahora ya podré hacerlo".

El lunes, Betsabeth firmará el contrato de trabajo y comenzará su nueva andadura.