La igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico universal que la comunidad internacional ha recogido en sus textos legales y que nadie en nuestro entorno social y político pone en duda hoy.

Sin embargo, a pesar de la legislación existente, la igualdad entre mujeres y hombres dista mucho ser real. Desgraciadamente, en el siglo XXI, las mujeres tenemos que seguir defendiendo nuestros derechos puesto que nos vemos abocadas a una situación laboral precaria.

Por eso, como mujer de izquierdas y cargo público en el Ayuntamiento de Valencia tengo una deuda histórica con todas aquellas mujeres que me precedieron en la lucha por nuestros derechos civiles y sindicales y con todas aquellas que hoy, junto con movimientos sociales y feministas, siguen defendiéndolos.

Mi apuesta por la igualdad entre mujeres y hombres, es, pues irrenunciable. Y desde mi responsabilidad de concejala en el consistorio valenciano defiendo políticas efectivas de discriminación positiva para la mujer.

La igualdad de oportunidades es lo bastante importante para que huya de la demagogia y del partidismo. Por eso, el gobierno local del Partido Popular no debe esconderse en el cumplimiento de la ley para tranquilizar su conciencia feminista. Que el Ayuntamiento cumpla con la ley de Igualdad y con la normativa local al respecto (II Plan Municipal para la Igualdad y Pla d´Igualtat per a empleades i empleats de l´Ajuntament de València) en la que se contempla la exigencia de un plan de Igualdad para las empresas con más de 250 trabajadoras y trabajadores no supone un avance para la mujeres. Más bien, en 2012, año en el que se cumple el período previsto para el desarrollo del II Plan Municipal de Igualdad, nos parece puro y simplemente un retroceso.

En estos momentos de crisis que estamos viviendo y que está repercutiendo en los sectores más frágiles de la sociedad, entre ellos las mujeres, el Ayuntamiento de Valencia tiene la obligación de contribuir al objetivo de Igualdad en la contratación laboral de la Unión Europea fijado en la Estrategia Europa 2020, según el cual el empleo femenino tiene que llegar al 75%. Para eso el Ayuntamiento de Valencia debe incluir en los pliegos de condiciones de las empresas contratantes de más de 250 empleadas y empleados cláusulas de discriminación positiva que visibilicen a las mujeres o que tengan en consideración circunstancias personales como haber sido víctima de violencia de género.

Como mujeres seguiremos luchando, como cargos públicos impulsaremos la igualdad sin demagogia ni partidismo.