La que durante siglos ha sido la entrada principal de la Lonja de Mercaderes, una joya del gótico civil declarada Patrimonio de la Humanidad, será cerrada de manera permanente y sólo abrirá para ocasiones especiales, como los premios Jaume I. Hoy, coincidiendo con el Día Internacional del Patrimonio Mundial, se estrenará el nuevo acceso al monumento que se ha creado en la fachada trasera del edificio, en la calle Lonja, aprovechando la casa del conserje, una construcción añadida del siglo XIX, que ha sido rehabilitada y convertida en centro de recepción de visitantes.

Según ha sabido este diario, el nuevo acceso no está previsto en el plan director y de usos de la Lonja. El plan de usos, que costó 200.000 euros, fue redactado por el restaurador de la Lonja, Manuel Ramírez, y el expresidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia Francisco Taberner, y es una especie de manual de instrucciones para el monumento. Incluye, entre otros, estudios térmicos, de peatonalización y de tráfico, así como un amplio conjunto de recomendaciones para el correcto mantenimiento del edificio, pero en ningún caso trasladar el acceso principal.

La decisión del traslado se ha tomado, según explicó ayer la concejal de Cultura, Mayrén Beneyto, "en base a informes de los restauradores y arqueólogos municipales que, por supuesto, yo apoyo". Expertos en patrimonio histórico consultados por este diario advierten de que el nuevo acceso "desvirtúa" el edificio y echaron en falta que no se haya consultado a los restauradores que han trabajado en el monumento más importante de la ciudad, en cuya restauración el Ayuntamiento de Valencia ha invertido 3,5 millones de euros en los últimos años.

Los motivos del traslado que dio ayer Beneyto son varios. De un lado, se intenta "dignificar" y "despejar" la fachada principal de la Lonja, así como ordenar las visitas a este monumento, por el que anualmente pasa casi medio millón de turistas. "Queremos evitar que las visitas que se hacen a la Lonja se junten con las personas que pasan por la calle, con los vehículos que circulan ante ella, con los curiosos que se asoman a su puerta principal y con los que entran y salen".

La entrada por el recoleto patio de los Naranjos dará una lectura nueva del monumento, "de menos a más", empezando por el jardín, pasando por el Consulado del Mar y acabando por el imponente Salón Columnario.

Con el cierre de la puerta principal también se quiere proteger el Salón Columnario de la polución del tráfico. El proyecto de peatonalización del entorno de la Lonja, los Santos Juanes y el mercado Central lleva años pendiente.

La medida en todo caso es heredera de la decisión hace ahora un año de poner al cobro la entrada a la Lonja. Era el único edificio declarado Patrimonio de la Humanidad que no cobraba, destacó Beneyto, quien explicó que en la decisión de implantar el cobro influyó el uso intensivo y gratuito que hacían miles de turistas de los váteres de la Lonja, que también han sido renovados.

"Muchos entraban sólo para ir al baño y había que estar todo el día fregando", dijo Beneyto, quien recordó que el mercado Central también lo ha hecho y ha instalado tornos en los cuartos de baño para cobrar por su uso a los miles de visitantes que recibe el mercado, parada obligada junto con la Lonja de los tours turísticos.

Hasta ahora se estaba cobrando -dos euros en la tarifa normal y uno en reducida- a quienes visitaban la Lonja entre semana. El cobro, a partir de ahora, se amplía al sábado, según anunció Beneyto. De momento, el domingo la entrada seguirá siendo gratuita.

El ayuntamiento ha invertido 175.800 euros en la entrada nueva y en la mejora de la iluminación del patio de los Naranjos. Mayrén Beneyto aprovechó la presentación de la reforma a los medios de comunicacion para mostrar la torre de la Lonja, donde está pendiente de restaurar el pavimento policromado, y espacios de difícil acceso como el interior de las bóvedas del Salón Columnario.