La comisión de Gullem Sorolla-Recaredo ha anunciado que se disolverá cuando pasen las próximas fiestas. "Sentimos mucho no poder continuar con este padecimiento año tras año que es plantar falla. Lo hemos intentado todo, pero en la situación económica en que nos encontrammos y la poca colaboración en una falla tan pequeña nos hacen tomar esta decisión". La comisión, una de las más modestas de la ciudad por el número de falleros, cuenta con 125 años de antiguedad y plantaba de forma ininterrumpida desde 1950. Las especiales características del barrio, con escasos inmuebles habitados, la había dejado muy limitada de efectivos. El anuncio ha creado ya una corriente de simpatía que podría ser, en todo caso, su última esperanza, pero es la misma que ha permitido la pervivencia de otras comisiones como Explorador Andrés-Jalance o Matías Perelló-Luis Santángel, que también habían anunciado su desaparición y, finalmente, sobrevivieron.