Hoteles, restaurantes y zonas comerciales prevalecerán en los terrenos conquistados por la ciudad al puerto de Valencia. Una visión "excesivamente lucrativa y de negocio privado" detrás de la cual estaría la necesidad del Consorcio Valencia 2007 de obtener liquidez para hacer frente a las deudas que le reclama el Ministerio de Hacienda y que llevó a los grupos de la oposición a votar en la comisión de Urbanismo de ayer en contra de la exposición pública del plan especial de la marina real Juan Carlos I. El tan proclamado por Rita Barberá "nuevo barrio" de Valencia apenas reserva el 2,6% de la edificabilidad a dotaciones públicas como bibliotecas, museos o zonas deportivas.

El argumento para tan escaso porcentaje de equipamientos públicos es que al no haber incluido viviendas al uso -aunque sí podrán tener cabida viviendas compartidas o tipo loft- el ayuntamiento no está obligado a reservar espacio para los equipamientos.

Al respecto el concejal de Urbanismo apuntó ayer en la rueda de prensa posterior a la comisión de Urbanismo que "claro que habrá edificaciones, hoteles y espacios de ocio" y añadió que con la explotación de este espacio el Consorcio Valencia 2007 cumplirá con la "obligación" de "hacer frente al crédito" de 300 millones de euros otorgado por el Instituto de Crédito Oficial para sufragar las obras de la Copa del América. "Alguien tomó la decisión en su momento de hacerlo así", apuntó Novo en alusión al Gobierno socialista, al tiempo que matizó que las obras podrían haberse financiado con una "subvención a fondo perdido y no con un préstamo a devolver con los rendimientos de la marina".

El concejal insistió en que, pese al predominio del suelo terciario, la marina está más abierta que nunca al ciudadano y recordó que se han eliminado barreras como la valla del puerto.

Novo destacó que el 25% de los 586.700 m2 de la dársena se destinará a "construcción" mientras que "el 75% restante será para espacios libres, abiertos", o lo que es lo mismo, zonas verdes, viales y aparcamiento. "Creo que el espacio ciudadano no se reduce en absoluto", remachó. El concejal aseguró que la dársena se va a ganar un "para uso y disfrute de todos los ciudadanos" y no sólo para los de los poblados marítimos de la capital valenciana.

Tras superar el trámite de la comisión de Urbanismo con los únicos votos del PP, el planeamiento saldrá a exposicion pública. Novo anunció que "en tres meses máximo estará la aprobación definitiva" del plan, tras lo cual se podrá empezar a trabajar en su desarrollo y a licitar las concesiones. El edil confió en que el documento "sea mejorado" por medio de las alegaciones.

El responsable de urbanismo declaró que el planeamiento es un plan "pensado también en futuro", cuando el Consorcio Valencia 2007 haya desaparecido, y "a largo plazo", por lo que plantea "usos compatibles" teniendo en cuenta que ahora se puede elegir uno y con los años cambiarlo por otro. Así, para las actuales oficinas de la Autoridad Portuaria se prevé también uso hotelero; para los docks, terciario recreativo compatible también con hotelero, y en la aduana, oficinas compatible con hotel y comercial.

Un parque temático de tiendas

El planeamiento, sin embargo, ha generado gran rechazo en los grupos de la oposición. El concejal socialista Vicent Sarria aseguró que el gobierno del PP "ha vendido a los vecinos un nuevo barrio pero en realidad es un centro comercial, un parque temático del terciario".

Para Sarrià, el planeamiento de la marina, que incluye uso hotelero en cuatro edificios, uno de ellos de nueva construcción ubicado detrás de la antigua estación marítima y que podrá tener hasta 30 plantas de altura, "es un plan en bruto". "Ni concreta ni desarrolla los usos, pero deja claro que la totalidad de la dársena se destinará a un uso comercial y su único objetivo es generar plusvalía a pesar de que se reserve espacio para el paseo". En relación a la reserva de espacios libres, Sarrià dijo que es "relativa" porque se permitirá "instalar hasta con seis metros de altura bares o cafeterías y, en el borde del paroxismo se plantea que la lámina de agua pueda tener restaurantes o zonas deportivas".

En la misma línea se pronunció el portavoz de EU, Amadeu Sanchis, quien aseguró que el plan "se ha hecho a espaldas de las necesidades de los barrios del Marítimo y concibe la fachada litoral "como una zona de explotación económica". Para Sanchis se trata de "un proyecto megalómano y alejado de la realidad". En relación al hotel de 30 alturas, EU asegura que es "incomprensible" porque está justo al lado de otro de la misma categoría como es el hotel de las Arenas.

El portavoz de Compromís, Joan Ribó, defendió un modelo de "marina abierta y participativa para los vecinos" y pidió que se tenga en cuenta la opinión de las asociaciones de vecinos y comerciantes y del sector del turismo de la ciudad. Ribó abogó por recuperar proyectos como el Museo Marítimo y el Museo del Transporte para la dársena.