Una palmera de ocho metros de altura se desplomó ayer por la tarde en la Gran Vía de Germanías sin causar daños personales o materiales pero cortando cuatro carriles de la calzada y provocando importantes problemas de tráfico. Ayer mismo, la Concejalía de Jardines del Ayuntamiento de Valencia anunció la salida a la calle de diez brigadas de poda para aligerar el peso de los árboles, sobre todo los de gran porte, y evitar en lo posible situaciones como ésta. Sólo en la última semana se han producido cuatro casos y todo parece indicar que se aproxima un verano complicado. Según la concejala Pilar Soriano, el problema está en el calor y en el deficitario cuidado que han tenido los árboles en la última década, que ha hecho que estén «enfermos».

El incidente de ayer se produjo sobre las siete de la tarde en la Gran Vía de Germanías, a la altura del número 16, cerca de la calle Castelló. Se trata de una palmera de ocho metros de altura que se quebró por la base y cedió sobre la calzada ocupando los cuatro carriles que van en dirección al túnel que conecta con la Gran Vía Ramón y Cajal.

No hubo daños personales ni materiales. Sólo se dobló levemente la verja del jardín donde estaba la palmera, pero el colapso de tráfico fue importante, hasta el punto de que la Policía Local tuvo que habilitar dos carriles del sentido contrario para evitar un atasco mayor.

Se trata del cuarto incidentes de estas características que se produce en apenas una semana, por lo que la Delegación de Jardines, al frente de la cual está ahora la concejal de Compromís Pilar Soriano, ha sacado diez brigadas de poda a la calle para paliar el problema en la medida de lo posible. Según dijo, la tarea de estas brigadas es descargar de peso los árboles que se vean en peor estado, especialmente los de gran porte y los que puedan suponer también una amenaza para la población. Así mismo, se procederá a descargar de follaje y de dátiles a las palmeras más cargadas.

Hay que tener en cuenta que muchos de estos árboles y palmeras están en plena vía pública e incluso sobrevolando calles y paseos, lo que los convierte en un peligro evidente. De hecho, Pilar Soriano dice que van hacer todo lo que puedan en la prevención y luego «habrá que cruzar los dedos».

Problema viejo

Y es que el problema no es de ahora ni se resuelve en un día. El problema viene de atrás, de al menos diez años atrás, dice la concejala, que asegura que en ese tiempo no se ha dado a los jardines el cuidado necesario. Más bien han sido víctima de los recortes aplicados por el Partido Popular en la última legislatura.

Soriano no ve normal, por ejemplo, que árboles con diez metros de altura estén en alcorques de un metro. Y asegura, así mismo, que la suspensión de los baldeos en gran parte de la ciudad ha quitado al arbolado una parte importante de los aportes de agua que recibía, algo muy nocivo en tiempos en los que además las lluvias han sido muy escasas. Luego, el calor ha hecho el resto.