Un repaso a los números que demuestran que la literatura sobre la discriminación valenciana en las inversiones del Estado no es ciencia ficción sino realismo crudo. Es lo que vino a hacer ayer el portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset, quien, junto al diputado de la coalición en el Congreso, Joan Baldoví, denunció el enésimo episodio de marginación en las cuentas „esta vez las de 2016„ y presentó las principales enmiendas en las que se reclama más dinero para la ciudad de Valencia en los presupuestos del Estado. En total, se piden 165,2 millones. Que se consigne, por ejemplo, una partida de 15 para que el viejo cauce del Turia llegue al mar, en vez de morir en un charca de «aguas putrefactas debajo de una rotonda», denunció. Entre esas «inversiones de justicia» que se reclaman, figuran 2,2 millones más para el museo San Pío V, la segunda pinacoteca de España. El Prado recibe 45,4. Para el IVAM se solicitan 1,5 millones. El Reina Sofía tiene 36,6 de subvención y el Thyssen (privado), 6. El Palau de les Arts cuenta apenas con una ayuda prevista de 540.000 euros. Compromís reclama 3,5 millones adicionales y recuerda que el Teatro Real recibe 9,4, el Liceu 7,1 y el de la Maestranza, de Sevilla, 1,7.

Para el soterramiento de las vías del Parque Central no hay un euro previsto. Desde Compromís se demanda en una enmienda que se contemplen 40 millones. Se recuerda que Valencia no cuenta con ningún «túnel pasante» mientras Madrid va por el tercero y Barcelona, por el segundo. Esa misma cantidad se pide para hacer frente a la «estratosférica deuda» del Consorcio 2007. Compromís reclama, asimismo, un millón para inversiones en cercanías. En Madrid se han previsto 327 y en Barcelona, 181. Estas inversiones deben acometerse porque «generarían puestos de trabajo» y porque «los valencianos merecemos el mismo trato que el resto», concluyó Fuset.