Benimàmet ha arrancado este fin de semana sus actos taurinos organizados por Amics del Bou que se alargarán hasta el el día 25 y que como viene informando este diario están marcados por ser la última pedanía de Valencia en la que se celebrarán las modalidades de «bou embolat» y «bou en corda».

El ayuntamiento aprobó la prohibición de ambas, pero ha retrasado el veto hasta el 1 de julio para permitir que Benimàmet pueda celebrarlos, puesto que tenía la plaza montada y los contratos con las ganaderías cerrados. Esta noche será el turno del primer «bou embolat» de la ganadería de Campobravo.

Ayer por la mañana las calles de la pedanía estaban tranquilas, casi desiertas, mientras la plaza portátil montada en un solar mostraba los restos de las primeras fiestas de la noche del viernes, que se traducía en algunas botellas y latas por el suelo. En las calles de Benimàmet se cruzaban opiniones en contra y a favor de la decisión del ayuntamiento, unas diferencias también se han visto en el seno del gobierno municipal y las pedanías, puesto que tanto en Compromís como en el PSPV hay diferentes sensibilidades al respecto de la celebración de actos taurinos. De hecho, el viernes los alcaldes pedáneos de Benifaraig, Borbotó, Carpesa y Massarojos, todos ellos nombrados por los citados partidos y afectados por la medida, cargaron en un comunicado contra el veto de los «bous embolats» y «bous en corda»

«Han de caer por su peso»

«Creo que se debe dejar que la gente haga lo que quiera. Si al final la gente deja de ir a la fiesta, se caerá por su propio peso. Pienso que no se debe vincular la política con los toros, porque la izquierda va a perder mucho voto», señalaba Enrique, vecino de Benimàmet y aficionado también a las corridas de toros que añadía: «Yo voté a Compromís y ya no lo volveré a hacer». «En el caso del Toro de la Vega...¿a qué va la gente en autobuses a molestar a los vecinos?», sentenciaba.

Otro joven vecino y aficionado a los «bous al carrer» mostraba en cambio otra visión distinta sobre la eliminación de las citadas modalidades. «Me parece bien que se haya quitado. Me gustan los toros pero embolarlo no es bueno para el animal porque sufre...le queman la cara, lo sé de buena tinta porque lo he visto hacer de cerca», explicaba Jose. «El toro puede salir y que jueguen con él, pero que en ningún momento se le haga daño al toro».

En una posición totalmente contraria se encontraban Carles y Regina. El primero opinaba:«Me parece bien que terminen con cualquier muestra de crueldad hacia los animales. La prohibición llega tarde...me parece mal que Benimàmet quede ahora estigmatizada». Por su parte Regina señalaba que «si evitamos la crueldad en las personas también lo tenemos que evitar en los animales. Además, hay que cambiar la imagen que tienen fuera de España».

Otros vecinos como María Amparo y Ricardo coincidían en señalar: «quien quiera que vaya...o lo prohíben todo o que no prohíban nada, mientras que otro que prefería no facilitar su nombre indicaba que en su opinión que «es una cuestión de elección personal y no institucional». «Entiendo tanto a quienes les gusta como a los que no, porque yo he ido los toros pero no me gusta que los maltraten...y yo cuando era joven he visto cómo se les maltrataba. Creo que se deberían celebrar pero bajo el la supervisión de personas que controlen que no se le haga daño al animal», añadía.