La Mesa de la Movilidad celebrada ayer en Valencia, en la que están representadas numerosas entidades cívicas y profesionales e instituciones de la ciudad, celebró su segunda reunión sectorial sobre seguridad vial con una clamorosa petición al ayuntamiento: que aumente los controles de alcoholemia, que adquiera más radares y que dote de más personal y medios a la Policía Local para acabar con la «impunidad» de los conductores infractores.

A esta conclusión de la Mesa de la Movilidad se llegó después de conocer un informe presentado por el Intendente General y Jefe de Tráfico de la Policía Local, Abelardo Gil, en el que expuso las cifras de sus campañas de control. Y algunas causaron cierto revuelo. De 2014 a 2016 los agentes redujeron a casi la mitad los controles de alcoholemia. De 2.875 hace dos años a los 1.582 que se han contabilizado en el presente ejercicio hasta octubre. El dato es significativo porque en el 98% de los accidentes con víctimas o heridos registrados en el «cap i casal» los conductores rebasan las tasas permitidas.

Gil aseguró que esta reducción de estos controles se debe a dos motivos: «La reducción de personal de los últimos años, ya que contamos con 200 agentes menos, y porque han aparecido otros fenómenos sociales que atender (botellón). Así, a cada huerto le dedicas menos tiempo». Como recordó posteriormente uno de los participantes en la Mesa de la Movilidad, alrededor de un 15 por ciento de las personas controladas dan positivo. «Si se hicieran muchos más controles evitaríamos potenciales accidentes», concluyó.

EL Jefe de Tráfico recordó además que en la actualidad Valencia solo cuenta con dos radares cedidos por la Dirección General de Tráfico, y un vehículo para controlar las infracciones del carril bus. Hay que recordar que el Ayuntamiento de Valencia anunció hace unos meses la adquisición de tres nuevos radares, cifra que los participantes en la Mesa de la Movilidad consideraron ridícula. Además, este año se han de convocar 37 nuevas plazas para el cuerpo (aunque no tienen dotación presupuestaria), todavía insuficientes para contrarrestar el fuerte descenso de efectivos que experimentó el cuerpo con anteriores gobiernos del PP.

Como responsable político, el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, tuvo que escuchar las quejas de numerosos colectivos que le piden «valentía» para aplicar sus recetas de pacificación, pero las mayores críticas se las llevó la edil ausente. Anaïs Menguzzato, que dirige el área de Protección Ciudadana, finalmente no acudió a la Mesa de la Movilidad, por lo que no explicó ante los presentes sus propuestas en materia de seguridad vial. Sí lo hizo por la mañana en rueda de prensa, donde aseguró que la Policía Local va a emprender una campaña de larga duración con controles de alcoholemia, mayor presencia de radares, vigilancia del carril bus y caza de conductores usando el teléfono móvil.

Velocidades medias altas

El informe presentado por la Policía Local, sin embargo, también ofreció otros datos reveladores. De los 589.258 coches controlados en vías urbanas convencionales de la ciudad (limitadas a 50 km/h) hasta el pasado mes de octubre, 12.932 fueron multados por rebasar el límite, pero lo escandaloso es que la velocidad media de las sanciones era de 73,91 km/h.

En las calles 30 se han realizado tan solo 54 controles en lo que llevamos de año, con 51.039 vehículos inspeccionados, 871 multas y una velocidad media de 50,11 km/h. En cuanto al carril bus, se ha pasado de 14.337 inspecciones en 2014 a las 10.023 de 2016.