El Ayuntamiento de València cambiará antes de verano el nombre de 51 calles franquistas en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, según ha anunciado esta mañana la concejala de Cultura, Gloria Tello.

Entre las calles que perderán su nomenclatura actual está la avenida de Barón de Cárcer, que volverá a llamarse avenida del Oeste, así como la avenida del General Urrutia, que pasará a denominarse Amado Granell, y la calle Doctor Marco Merenciano, que a partir de verano será Félix del Río.

El consistorio ha apostado en muchos de estos casos por recuperar los antiguos nombres de las vías, o bien por las denominaciones aportadas por la Comisión municipal de Cultura. Los cambios se han hecho, no obstante, en base a un informe de la Universitat de València.

Los nuevos nombres convivirán con los antiguos durante 12 meses para facilitar a los comercios y vecinos afectados el cambio de nomenclatura de las vías.

La concejala de Cultura de Valencia, Glòria Tello, ha propuesto el cambio de nombre y resignificará -mantener el nombre y cambiar la argumentación- otras cuatro.

Tello ha dado a conocer hoy la propuesta que llevará a la Comisión de Cultura y que recoge los cambios planteados en el estudio e informe realizado por el Aula de Historia y Memoria Democrática de la Universitat de València, concretamente el equipo de investigadores y especialistas coordinado por el profesor Antonio Morant.

Durante cinco meses, el equipo investigador ha analizado los expedientes y los acuerdos específicos que llevaron a cambiar el nombre de determinadas vías públicas entre el 1 de abril de 1939 (fecha en que Valencia fue tomada por las tropas sublevadas) hasta la primera Corporación de la Democracia, en 1979.

Los cambios se plantean para la avenida del Baró de Càrcer, que recupera el nombre que aún reconoce y utiliza buena parte de la población: avenida de l'Oest, ha informado el consistorio en un comunicado.

Se incorporarán vías como por ejemplo Manuela Solís (reconocida ginecóloga), o Jerònima Galés (impresora de relevancia), entre otras, para dar visibilidad al papel histórico y actual de las mujeres en el callejero urbano.

También se han tenido en cuenta antiguos dictámenes de la Comisión de Cultura o mociones aprobadas en las Juntas de Distrito en legislaturas anteriores, que no se habían implantado nunca.

El cuarto criterio recoge las peticiones obrantes y aún no atendidas en el Servicio Municipal de Recursos Culturales por parte de la ciudadanía, como son las calles dedicadas al fotógrafo Agustí Centelles (en sustitución de Gual Villalbí) o al profesor Higinio Noja (por Samuel Ros).

También se incorporan nombres de personas o agrupaciones que han contribuido a la proyección cultural de la ciudad y a su engrandecimiento artístico y científico, como las nuevas calles dedicadas al Equip Crònica (para la plaza Francisco Bosch i Ariño), o Javier Goerlich, arquitecto (para la calle Francisco Dolz).

En esta misma línea, se ha optado por poner nombres de conceptos relacionados con la cultura y el saber en general, como las calles de la Poesia (por calle Damián Adalid), calle de la Fotografia (calle Carmen Tronchoni) o calle de la Literatura (por José María Osset).

El séptimo criterio utilizado ha sido el de fomentar los valores universales y dignos de reconocimiento general, y como ejemplo se puede citar la nueva calle dedicada a la Democràcia, en sustitución de la calle Castán Tobeñas.

Además de los 51 nombres, se "resignificarán" otras cuatro: las plazas de Amèrica y de Galícia, la avenida de Portugal, y la calle de Belchite, que mantendrán su nombre, pero en cuyos expedientes se cambiarán las razones de la denominación (inicialmente, en las cuatro se argumentaban motivos de apoyo y exaltación de la sublevación militar, la guerra o la dictadura).