La plaza del Ayuntamiento de València fue ayer muchas cosas. Fue un secadero de arroz, un mercado al aire libre de productos de la huerta valenciana, un escenario de conciertos y, sobre todo, un espacio donde preparar y degustar más de 25 platos de arroz diferentes y de gran calidad.

De ello se encargaron los restaurantes seleccionados para esta tercera edición del Tastarròs, organizado por la DO Arroz de València.

Algunos, como Casa Clemencia, optaron por buques insignia como la paella de pollo y conejo. Mientras que otros, como Cuina d'Art mostraron apuestas tan innovadoras como un arroz meloso de cochinita pibill con curry rojo y tierra de torreznos: «Es un asado típico mexicano y la gente muestra gran curiosidad», decía su cocinero, Miguel Fernández que servía las primeras raciones sobre las 12 de la mañana. Para entonces ya había algunos que llevaban una hora sirviendo platos. De este modo, Adolfo Cuquerella, de La Granja, confesaba que ya había terminado 9 calderos y servido 18 kilogramos de arroz cuando el reloj no marcaba ni las 12.30 horas.

Allí, entre fogones, gente tomando varias bebidas y comentando el «bon día que ha eixit», el fuerte sol anunciaba que ya estamos en plena primavera. Las largas colas que se registraron durante todo el día para comprar los tickets y para pedir los platos y las bebidas dan fe del éxito de esta edición en la que, según la organización, se sirvieron más de 10.000 raciones y pasaron por allí más de 20.000 personas durante el sábado y el domingo.

«Es ya momento de salir a la calle, de disfrutar de los espacios públicos como este y vendrán ahora muchos más eventos en la plaza», indicaba el concejal de Comercio, Carlos Galiana tras visitar varios de los puestos.

Ayer, sin lugar a dudas, los protagonistas eran los cocineros y cocineras que tantas veces están «escondidos» en sus cocinas y que eran los primeros que se detenían a hablar con la gente, a recibir elogios y también más de un comentario constructivo o indicativo. Porque ya se sabe, esto de hacer arroz es un poco como el fútbol; todos se sienten entrenadores.

También se paró a degustar varios platos la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que ponía en valor que «València tenga esas actividades que nos hacen ser pueblo, porque no deja de ser un pueblo, aunque más grande, donde a la gente le gusta encontrarse y compartir experiencias».