El fin de las clases en los institutos y universidades provocó quela playa de la Malva-rosa se poblará ayer de multitud de jóvenes, dispuestos a olvidarse del curso y empezar a planificar el verano.

Unos pensaban en cómo disfrutar del tiempo libre de las vacaciones, mientras que otros tenían claro que les tocaría trabajar para ganar el dinero que no pueden conseguir a lo largo del año. No obstante, todos coincidían en que la primera parada de este descanso tenía que ser la playa.

Las facilidades en el transporte público que ofrece la zona de la Malva-rosa motivaron que esta fuera la principal elección de alumnos y alumnas de Bachillerato, Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Ciclos Formativos de Formación Profesional (FP), universitarios y estudiantes del programa Erasmus.

En el bando más festivo se encontraban Cristina, Lucía y Ramón que acaban de terminar sus estudios de 4º de la ESO, Bachillerato y FP de Carrocería, respectivamente. «Queríamos venir a la playa para ponernos morenas», comentaba Cristina. «Vamos a vivir el verano, queremos ir al Arenal Sound y recuperar energía para volver a estudiar en septiembre», celebraba Lucía, mientras que Ramón tenía planificado trabajar «para tener ahorros».

En el mismo lado, Fèlix, Erik y Ximo, estudiantes de FP de Informática y Administración y Finanzas asumían la responsabilidad de trabajar durante el verano. «Queremos sacar dinero y no tenemos pensado irnos de viaje», señalaron, aunque no descartan «visitar los puentes colgantes de Chulilla porque está cerca y podemos ir y volver el mismo día».

También había grupos de amigos como el formado por Raúl, José, Jorge, Mateo, David e Isaac, vecinos de Ayora y estudiantes de Electrónica, que combinarían trabajo y placer. Había desde el que «viajaría a Suiza», hasta los que estarían «de fiesta todo el día y de festivales» como el Marenostrum o el Medusa Sunbeach o el que tenía que trabajar en la hostelería.