«Paz y tranquilidad. Disfruta de un velero de lujo con wifi, cuatro camarotes dobles, salón con cocina, cafetera nespresso, música y a dos minutos de València». Este es uno de los reclamos que utiliza el dueño de uno de los 21 yates que, según ha detectado la asociación de hoteleros Hosbec, se alquilen como alojamiento turístico en la Marina de València y el Club Náutico. La competencia para los hoteles se extiende también al mar y los yates y embarcaciones de recreo se han empezado a convertir en València en viviendas turísticas flotantes. El fenómeno se ha detectado en otros puertos turísticos como el de Alicante.

La situación, denunciada por Hosbec por tratarse de «alojamientos ilegales que incumplen las mínimas normas de seguridad y habitablidad para poder funcionar como hoteles», era conocida por los responsables del Consorcio València 2007 que aseguran que, de momento, este tipo de arrendamientos «no ha generado molestias, ni escándalos, ni problemas con el resto de usuarios». Es un fenómeno que todavía «no está muy extendido» en la Marina de València, aseguraron ayer fuentes del Consorcio València 2007. Al Consorcio, en principio, esta actividad no les está generando problemas, otra cosa es la legalidad.Por eso, el director general de este organismo que gestiona la Marina de València y donde están representadas las tres administraciones (Estado, Generalitat y ayuntamiento) ha encargado un informe jurídico para determinar si este tipo de usos cumple la legalidad.

La Marina de València tiene vocación de acceso público pero los pantalanes donde amarran los yates tienen el acceso cerrado para preservar la intimidad y seguridad de los usuarios. El arrendamiento de yates como alojamientos turísticos «es difícil de controlar» en este sentido. Los dueños de los barcos con amarre en la marina entregan a los clientes la tarjeta que les permite el acceso a los pantalanes de acceso controlado y reservado. «Es difícil saber si el barco está funcionando como alojamiento turístico porque las personas que hay dentro te pueden decir que son invitados del dueño y que van a salir a navegar al día siguiente», apuntan fuentes del Consorcio València 2007.

Los yates turísticos empiezan a proliferar en València al socaire del boom turístico de la ciudad. El ayuntamiento ha tenido que poner coto en tierra al fenómeno prohibiendo vía normativa urbanística este tipo de alojamientos en zonas como Ciutat Vella.

El perfil de clientes que busca este tipo de alojamientos turísticos flotantes es variado y abarca desde visitantes nacionales hasta familias extranjeras, que llegan a la ciudad atraídas por el mar y las playas.

Los alquileres de yates turísticos oscilan ente 52 y 445 euros la noche. Hay precios y embarcaciones para todos los gustos y bolsillos.