Septiembre es siempre una prueba de fuego para el tráfico de València (y del resto de urbes del Estado). La vuelta de las vacaciones y el inicio de las clases suele complicar mucho la circulación de los vehículos, sobre todo tras la espectacular reducción de vehículos que se produce en agosto. Pero el “cap i casal” ha mantenido el tipo en este complicado mes y respecto al mismo periodo del año pasado la intensidad media diaria (IMD) se ha reducido en toda la ciudad un 1,6 por ciento.

La caída del tráfico tiene una importancia extraordinaria, no tanto por la cifra en sí (que no es nada espectacular), sino porque València acumula ya nueve meses consecutivos en los que la circulación de vehículos se ha reducido. La bajada de la IMD se produce en una coyuntura económica positiva que suele ir acompañada de un mayor uso del vehículo privado. Pero el “cap i casal” parece que ha encontrado la fórmula para contener la expansión de los desplazamientos motorizados, y al tiempo aumentar el uso del transporte público y de la bicicleta, lo que debería redundar en una mayor calidad del aire que se respira y en beneficios para la salud.

Septiembre no solo era el mes de la vuelta al trabajo y al cole, sino también el de la reapertura de la marginal derecha del antiguo cauce, que durante meses ha estado cerrada al tráfico general por las obras en una tubería. Reestablecida la circulación se temía que un incremento de los desplazamientos de coches por esta zona, pero ha sido muy gradual. Mientras el anillo interior ha ido liderando el último año la caída de la IMD en València con bajadas en torno al 10 por ciento, en septiembre se quedó en un -4,2 por ciento. Así pues, la reducción en el tránsito rodado se mantiene.

En las grandes entradas de la ciudad el tráfico descendió un 1,5 por ciento, con una significativa caída en la autovía A3. En la Ronda Nord, el Bulevar Sud y otras vías periféricas la bajada de la circulación en septiembre fue del 2,8 por ciento, especialmente significativa en Tres Cruces y el propio Bulevar Sur.

En la denominada Ronda Tránsitos se experimentó un leve aumento del 0,8 por ciento del tráfico, especialmente por el aumento de los vehículos circulando por la avenida Giorgeta. En cambio, en el anillo formado por grandes vías y otras avenidas importantes como Blasco Ibáñez o Aragón se produjo una reducción del 1 %.