La protección del espacio público y de los viandantes es una de los objetivos de cabecera de la nueva Ordenanza de Movilidad. En ese sentido incluye medidas para favorecer los desplazamientos peatonales, los más habituales en la ciudad (un 48 % del total).

El texto dice sobre los pasos de peatones que su recorrido «deberá prolongar el itinerario peatonal natural, minimizando el recorrido peatonal, y evitando por lo tanto retranqueos excesivos respecto a la línea de las acera». Y añade: «La prevención del riesgo de atropello debe confiarse más a la reducción de velocidades, y a la introducción de dispositivos para el calmado del tráfico, tales como el estrechamiento de la calzada con bolardos, hitos, mobiliario urbano o vegetación, la sobreelevación de los pasos de peatones, la protección de las zonas de espera y la creación de isletas en las calles de doble sentido de circulación».