El proyecto de peatonalización del barrio de el Carme está chocando con los más directamente afectados, los vecinos y vecinas del mismo. Un grupo de ellos, así como de la asociación Amics del Carme, llevaron a cabo el sábado una protesta en la cual cortaron durante unos 30 minutos la calle Murillo en protesta por el alto tráfico que soporta esta estrecha calle y también ante las negativas del concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, de recibirles.

Algo que, según ellos, vienen solicitando desde el mes de mayo: «Desde hace un tiempo todas las calles de la zona antigua de València confluyen aquí y esto parece la Gran Vía, más que una calle de Ciutat Vella», indicaba ayer Francisco Cano, uno de los vecinos afectados.

En apenas unos minutos, la cola de coches estancados por esta protesta se perdía en el horizonte en una muestra del elevado tráfico que, a diario, y a cualquier hora, soporta esta calle. Así, el portavoz de Amics del Carme, Toni Cassola, comentaba que «todos queremos la peatonalización. Es impensable un centro histórico que no sea peatonal. Pero lo que no puede ser es que esta solo esté en servicio de la espectacularidad del barrio o del turismo. La peatonalización se ha de hacer para que se pueda vivir aquí», denunciaba.

Y agregaba que «esta calle está permanentemente colapsada, son gases que entran a las casas, ruidos, y aquí la gente lo que dice es que no se puede vivir». También lanzaba una pregunta al aire: «¿Por qué tenemos que estar sufriendo estas agresiones por culpa de la incompetencia de un concejal?».

Por su parte, Rocío, vecina de esta misma calle ponía de manifiesto que «llevamos como dos años sufriendo un aumento de tráfico en esta calle tan estrecha que en ciertos tramos no tiene ni aceras. Cortaron el tráfico en la calle Quart y ahora todo el que sale del centro de la ciudad pasa por aquí, no podemos respirar y no se puede vivir». Poco a poco, la protesta se fue diluyendo y los coches empezaron a pasar, de forma continua y ante la impotencia de los vecinos.