En octubre de 2017, la Concejalía de Movilidad Sostenible anunciaba nuevas zonas peatonales en Ciutat Vella, con lo que cambiaba el sentido de la calle Quart, entre otras medidas.

Un año después, esta medida, ya ha generado varias críticas, como la que protagonizaron hace una semana los vecinos de la calle Murillo cortando la misma en protesta por el «exceso» de tráfico que sufren desde entonces.

Otra consecuencia fue para los más de 100 vecinos que aparcan sus vehículos en el aparcamiento de Guillem de Castro, 96, pues la nueva regulación convirtió la vía de acceso a su aparcamiento en peatonal, por lo que se ven obligados a entrar y salir hacia la misma dirección.

Consecuentemente, y como denunciaron en un escrito remitido al ayuntamiento «ahora se cruzan los coches que entran con los que salen», lo que genera «problemas legales en caso de golpes o atropellos», pues muchas veces tienen que recular hacia atrás en presencia de un vehículo que intenta salir del aparcamiento.

Ellos plantean soluciones como «eliminar el aparcamiento en batería para motos y hacer vial el acceso de doble sentido, pudiendo así cruzarse dos vehículos a la vez». Y para ello solicitan señalización vertical de prohibido aparcar y una línea amarilla que la refuerce. Otra posible solución que plantean es se vuelva a autorizar la salida de vehículos en dirección a las Torres de Quart, con lo que ya no se cruzarían los que entran del parking con los que salen de él.

El ayuntamiento les respondió hace unos meses a su petición indicando que hasta el acceso al garaje se había señalizado como «calle sin salida» y se habilitó un espacio de espera para permitir el paso alternativo de vehículos». Un espacio que los vecinos denuncian que no se respeta, pues los coches aparcan habitualmente.