Los centros comerciales de usos mixtos y arquitectura de diseño de Berlín y Copenhague son el referente a seguir en la urbanización de la parcela de uso hotelero ubicada entre la antigua estación marítima y el Edificio del Reloj de la Marina de València.

El Blox de la capital danesa está ubicado, como el futuro hotel de la marina, en un emplazamiento estratégico en el frente marítimo de esta ciudad. El edificio Blox es un barrio en miniatura que combina viviendas (apartamentos), comercios, oficinas, restaurantes, un museo y es además la sede del Centro Danés de Arquitectura. El edificio, interconectado con pasos elevados y subterráneo y lleva la firma de Ellen Van Loon.

Otro de los centros urbanos en los que los nuevos gestores del Consorcio, con Vicent Llorens al frente quieren que se mire el edificio de nueva construcción que se ubicará donde antes estuvo el Tinglado 3 (ya demolido) es el renacido Bikini Haus, un edificio de los años 50 convertido en un centro comercial de nueva generación con tiendas y boutiques (escasas franquicias de moda), pequeñas galerías de arte y restaurantes y cafés de productos orgánicos que ha permitido revitalizar un barrio decadente al oeste de Berlín.

Con esta misma intención de dinamizar los espacios de la Marina de València y al mismo tiempo obtener retornos para financiar la deuda que arrastra este organismo por la celebración de la Copa del América, el Consorcio ha activado el proceso participativo previo a la redacción de los pliegos de condiciones para la urbanización de la parcela hotelera de la Marina.

Una deuda de más de 400 millones de euros que si se condona, tal como ha anunció hace unos meses el presidente Pedro Sánchez, «dejaría sin sentido el nuevo hotel». Así al menos lo asegura la concejala de Patrimonio y portavoz de València en Comú, María Oliver, quien destaca que apoya el concurso de ideas convocado por el Consorcio para dirimir los usos y las alturas del futuro hotel pero que insiste en que la razón de ser del mismo y del resto de espacios lucrativos de la marina es devolver el crédito de la Copa del América contraído con el ICO.

«Si la deuda desaparece, algo que de momento es una promesa, no habrá necesidad de explotar esta parcela», afirma Oliver, quien votó en contra del hotel en la última reunión del consejo rector del Consorcio de marzo. Los resultados del proceso participativo impulsado ahora por el Consorcio se incorporaran al pliego de condiciones técnicas del hotel. El ayuntamiento por su parte redactará los pliegos administrativos para la concesión a 75 años.