Fue un espectáculo apabullante y cuando terminó, después de un épico final atronador, las miles de personas que abarrotaron anoche la Marina de València aplaudieron a rabiar. La mascletà vertical que disparó la pirotecnia Caballer había superado todas las expectativas de estas Fallas.

Nada más terminar, Ricardo Caballer no podía esconder su felicidad. Tres meses de preparación obtenían su recompensa: «Hemos querido mostrar potencia y ritmo, algo muy nuestro». «El esfuerzo ha valido la pena, la respuesta del público ha sido impresionante», manifestó el pirotécnico sin poder esconder su alegría por el resultado. A su lado, el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, agregó que la asistencia multitudinaria mostraba que «es posible innovar y hacer pirotecnia respetando las tradiciones».

63

Mascletà vertical en La Marina

Este espectáculo de fuego y sonido fue calculadamente desmedido desde su propia concepción. Sobre una estructura gigante de 120 metros y 50 de ancho, fueron colocados 5.000 truenos, muchos de ellos de un calibre superior al de las mascletaes tradicionales. También la cantidad de pólvora utilizada daba una muestra de la potencia que se iba al alcanzar, ya que fueron 1.700 kilos de material pirotécnico los utilizados en el disparo del espectáculo.

Una vez más, las previsiones fueron superadas por la magnitud del final, un auténtico bombardeo sónico que en su punto culminante devoró 600 kilos de material pirotécnico en apenas 20 segundos, haciendo temblar literalmente a toda la Marina. Caballer hacía honor a su fama y el multitudinario público, momentáneamente aturdido por el fulgor y el estruendo, respondió con una de esas ovaciones que quedan grabadas en la memoria.